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Reportaje:

'Calendas' griegas en Europa

Sarkozy promete ayuda a Atenas mientras Merkel calla

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quiso dejar ayer una cosa clara en París delante del primer ministro griego, Yorgos Papandreu: "Francia está al lado de Grecia de una manera resolutiva. Y estaría al lado de cualquier otro país de la zona euro. O creemos en el euro o no creemos". Y añadió: "Si Grecia nos necesita, estaremos ahí".

Ambos líderes analizaron la delicada situación financiera de Grecia y las posibles medidas de ayuda que puede adoptar la UE. Pero sobre todo, Sarkozy lanzó un mensaje evidente de respaldo a Papandreu: "Voy a ser muy claro. Si fuera necesario, los Estados de la zona euro cumplirán sus compromisos. Que no haya ninguna duda al respecto".

Papandreu, que se había entrevistado con la canciller alemana, Angela Merkel, el sábado, coincidió con Sarkozy: "La solución europea, hasta ayer o anteayer, era más bien teórica. Después de las diferentes entrevistas que he mantenido esta semana, he comprendido que la voluntad política existe, y no solamente de parte del presidente Sarkozy". No precisó más.

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A diferencia de Merkel en Alemania, Sarkozy no cuenta en Francia con una parte de la opinión pública hostil a desplegar ayudas a Grecia. Con todo, y aunque el presidente francés aseguró que hay maneras concretas de auxiliar a Atenas, ni él ni Papandreu mencionaron ninguna.

Elogios sin dinero

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Papandreu había recabado elogios en Berlín, pero no dinero. Merkel habló de "paso importante" hacia la salida de la crisis helena, y señaló que hará "todo lo posible para asegurar la estabilidad del euro". Sin embargo, Merkel esquivó las preguntas sobre ayudas concretas.

La canciller insistió, además, en la "primacía de la política" y llamó a combatir a los especuladores que apuesten contra el euro con motivo de la crisis griega. Aseguró que llevará estas preocupaciones al G-20. Ambos gobernantes anunciaron un programa de cooperación para la modernización de las infraestructuras energéticas, medioambientales y sociales de Grecia.

Merkel se mantiene en el burladero respecto a la crisis griega. Los partidos del Gobierno, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y el Partido Liberal (FDP) tienen dificultades para justificar ante su electorado nuevos gastos derivados de la crisis económica. Alemania ha alcanzado un déficit presupuestario del 3,3%. Además, el Pacto de Estabilidad prohíbe que un país rescate económicamente a otro.

Merkel y Papandreu dedicaron buena parte de su intervención a ponderar la amistad entre Alemania y Grecia. La crisis y el debate sobre la ayuda originó una guerra propagandística entre ambos socios: poco antes de la visita, varios políticos democristianos recomendaron a Grecia que pague sus deudas vendiendo algunas islas y parte de su patrimonio histórico nacional. Bild, el diario sensacionalista de gran tirada, no ha perdido ocasión de criticar a los "Griegos manirrotos". El semanario Focus presentaba también un montaje con la Venus de Milo haciendo un gesto obsceno bajo el titular: "Estafadores en la familia del euro". Como respuesta, una asociación de consumidores griega ha llamado a boicotear productos alemanes.

Nicolas Sarkozy (izquierda) y Yorgos Papandreu, en el Elíseo.
Nicolas Sarkozy (izquierda) y Yorgos Papandreu, en el Elíseo.REUTERS

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