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Columna
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Jane Jacobs en el Cabanyal

Pronto hará cuatro años de la desaparición de Jane Jacobs que, tal vez una desconocida para muchos, ocupa un papel central en la generación de los movimientos sociales urbanos y en la elaboración pionera de un conjunto de ideas sobre la preservación de la ciudad histórica en época tan temprana como los años 50 y cuyo texto Muerte y vida de las grandes ciudades es un hito en el pensamiento urbanístico.

Creo que valdrá la pena recordarla en momentos como los presentes en que tras larga batalla se abre la luz en el proceso de evitación de la destrucción de El Cabanyal.

Jacobs, neoyorkina y sin formación académica ortodoxa, se opuso a la destrucción del área urbana conocida como Greenwich Village, en la isla de Manhattan, sobre la que se cernía la amenaza de trazado de una Autovía Urbana de proporciones colosales que no hacía sino unir en sentido Este-Oeste los ríos East y Hudson y que venía acompañada de un intenso proceso de renovación urbana.

De todo ello, naturalmente, sólo podía resultar la destrucción de la trama urbana originaria y sus edificaciones de clara raigambre arquitectónica victoriana y su sustitución por nuevas edificaciones de mayor o menor calidad -firmadas nada menos que por Paul Rudolph uno de los master de la arquitectura de los 50-. Claro que para ejecutar un plan de esta naturaleza había que desalojar la población allí asentada, erradicar sus usos, sus modos de vida, sus actividades económicas, alterar su paisaje.

Creo que esta música les va sonando.

Y todo ello amparado por la máxima autoridad en planificación urbanística de Nueva York por aquellas fechas, Robert Moses, a quien se apodaba El zar, tal era su poder, jaleado por el susodicho Rudolph o por teóricos de talla, como Lewis Mumford.

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Pero todos ellos habían desestimado la capacidad y la tenacidad de personajes menores -según se vea, claro está- como Jane Jacobs cuya movilización consiguió detener y finalmente eliminar del tablero de juego la Lower Manhattan Expressway, salvó el Village e hizo posible que creciera allí una cultura excepcional como fue la beat generation o que Bob Dylan y Joan Báez, por ejemplo, tuvieran sus momentos más creativos en el barrio.

También les sonarán estos compases.

Dentro de poco, otro año más, jóvenes estudiantes de arquitectura de València, irán en viaje de curso esta vez a Nueva York. Les voy a pedir un favor: que cuando en su repaso por las tramas urbanas que se han ido acumulando desde Battery hasta Upper Manhattan, pasando por Union Square, Soho, China Town, Midtown, y así hasta llegar a las colinas de Harlem, pasen por Greenwich Village, por favor recuerden que lo que están viendo y tal vez admirando se lo deben en buena parte a Jane Jacobs.

Y dediquen un minuto a reflexionar sobre El Cabanyal, sobre quienes han intentado y se obstinan en su destrucción y sobre quienes han conseguido salvarlo para disfrute de generaciones venideras.

Buen viaje y saluden a Jane, que nos estará viendo con asombro complacido.

Vicente González Móstoles es concejal socialista en el Ayuntamiento de Valencia.

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