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La galería de retratos "reales" regresa a la Generalitat

El gesto estaba cargado de simbolismo. La galería de retratos de los condes y condes-reyes de Cataluña-Aragón regresaba a la Generalitat tras años de vicisitudes y, además, lo hacía la víspera de que se cumplieran, hoy, los 650 años del establecimiento de la Generalitat, cuando las Cortes Catalanes constituyeron la Diputación del General en 1359 en Cervera (Lleida). Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, entregó los 46 cuadros a Jordi Montilla, presidente de la Generalitat, en el Saló de Cent. Mientras hablaban, les miraban de reojo Guifré el Pelós y Felipe II, aunque estaban perfectamente protegidos, a sus espaldas, por Jaume I y Ramon Berenguer III.

Esta singular galería de retratos "reales", una de las pocas completas que se conservan en Europa, fue un encargo de la Diputación del General al casi desconocido pintor italiano Filippo Ariosto, quien realizó la serie de 46 retratos entre 1578 y 1588 en un estilo y técnica que no le habrían hecho merecedor de la posteridad de no ser por la temática y el simbolismo de los temas. Tenían que decorar una nueva sala de la Generalitat, el actual salón dorado, y allí permanecieron hasta que, en 1716, con el decreto de Nueva Planta, comenzó su periplo por otras instituciones. En aquel momento la Generalitat pasó a ser de la Real Audiencia y, con el tiempo, los retratos se trasladaron al Palacio de Justicia de Barcelona para recalar, en 1937, en el Museo de Arte del Palau Nacional y acabar confinados al Museo Militar de Montjuïc a partir de su creación en 1963. Ahora, con el desmantelamiento de este museo debido al retorno del castillo a la ciudad, el Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado a retirar las obras de su titularidad y así ha decidido "devolver" la galería de retratos a la Generalitat.

Según el estudioso Rodolfo Galdeano, lo interesante de esta galería es que se encargó en un momento de enfrentamiento con la monarquía para reforzar, precisamente, el carácter "pactista" de la Generalitat y las obras reflejan más que la historia, la lectura que de la misma se ideó a partir del siglo XVI.

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