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El ingenio suma azúcar y arquitectura

Juan Bollaín estrena un corto sobre una azucarera, antesala de una película

A las afueras de Granada, en un barrio industrial al que da nombre la estación de Bobadilla y junto a las vías del tren se construyó la Fábrica de Azúcar San Isidro, uno de los patrimonios más importantes de la producción azucarera andaluza que está catalogada en el Docomomo. Construida por la empresa alemana Braunschweigische Maschinenbau Anstalt según el proyecto arquitectónico de Juan Monserrat y Verges, fue la última en cesar su actividad en plena Vega de Granada. Lo hizo en 1983 dejando sin humo su alta chimenea y llenando de nostalgia la memoria de tantos niños que soñaron con entrar allí.

Tras más de 25 años perteneciendo al pasado, hoy la fábrica volverá a abrir sus puertas por un día para el estreno de un cortometraje sobre su historia titulado Un encuentro, dirigido Juan Sebastián Bollaín. "Es una historia llena de romanticismo, aventura, ingenuidad e ilusión. El protagonista es un estudiante de 20 años que inicia una peripecia de vida que aún sigue viva pasados los 40", añade Bollaín, quien también es arquitecto. El fondo de esta historia con la fábrica como protagonista muestra cómo puede cambiar el entorno sin ser destruido. El corto es parte de "un proyecto más ambicioso" que pretende convertir a sus autores en "visionarios del futuro, partiendo de una profunda inmersión en el pasado y el presente".

El arquitecto Juan Domingo Santos es el guionista de la cinta y cuenta su propia historia con la fábrica. Una mañana de junio de 1985 decidió adentrarse en el lugar que había formado parte de sus sueños de estudiante. "Aquel día descubrí qué se escondía tras los antiguos muros de piedra. Parecía como si aquel lugar estuviera aguardando el momento de mi llegada", explica.

"No tenía reloj y me acostumbré a vivir sin él. Medía el tiempo por el movimiento del sol a través de las ventanas y el paso del tren me permitió confeccionar un horario que vinculaba las horas del día al tipo de máquina y al sentido en el que circulaba", añade.

El cortometraje se adentra en la fábrica desde su inauguración, en 1901, en pleno auge de la industria azucarera en Granada. Fue la época de la construcción de la Gran Vía, que entonces se conocía como Gran Vía del Azúcar porque su construcción se financió con los ingenios de la Vega. El corto se estrena hoy, a las 12.00, en el mismo ingenio.

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