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Bosques a salvo del hacha

La Diputación de Girona protege 44 arboledas, que no se podrán talar en 25 años - El proyecto prevé librar 340.800 árboles de las talas

Rebeca Carranco

En el bosque de Francesc Bonet hay un poco de todo: cerezos, hayas, nogales... "Una rareza", explica su propietario. Hace 10 años compró la finca para estar cerca de la naturaleza. Luego descubrió que entre las 38 hectáreas había un bosque mixto peculiar, que jamás se había talado. Hoy es un bosque protegido, uno de los 44 que están bajo la tutela de la Diputación de Girona. En 25 años nadie podrá acercarse con un hacha, ni nada que se le parezca, a talarlo. "Lo único que les he pedido es que cuando yo falte tampoco lo corten", explica el hombre. A su entender, 25 años son pocos. "Me sabría muy mal que se destrozase el bosque por una caridad", en referencia al dinero que podría ganarse con la madera de los árboles. La Diputación le ha pagado unos 6.000 euros por los 25 años. Tampoco va hacerse rico: 240 euros al año. Lo suyo es amor a la naturaleza.

El proyecto evitará que permanezcan en la atmósfera 4.400 toneladas de CO2

En una época en que la gran amenaza es el cambio climático, la institución está preocupada por proteger el entorno. Y ahora más que nunca ante la cumbre de Copenhague. Una de las grandes demandas de Greenpeace en la cita internacional es la protección de los bosques en países como Indonesia, porque son sumideros de dióxido de carbono. La Diputación de Girona se ha aplicado el cuento y hace ya dos años que protege bosques maduros. Hasta hoy, el organismo se ha hecho con la tutela de 44 bosques. En total, 568,45 hectáreas que absorberán 4.400 toneladas de dióxido de carbono y evitarán que permanezcan en la atmósfera. España emite anualmente 400 millones de toneladas de este gas.

La iniciativa surgió del pequeño despacho del área de Medio Ambiente de la Diputación. En él, el equipo que dirige Jaume Hidalgo trabaja para apoyar a los municipios, asesorarles y financiar medidas medioambientales, como la de los bosques, aunque su decisiones no son vinculantes. Proteger los bosques les ha salido por un pico. Cada hectárea ha costado entre 800 y 1.500 euros, dependiendo de las existencias en madera del bosque y de su valor comercial. En total, unos 600.000 euros.

El dinero ha servido para proteger bosques viejos o maduros, donde abundan los robles, las hayas, las encinas y varios tipos de pinos. El objetivo de la medida es proteger el máximo número posible de especies autóctonas. Tirando a la baja, en un cuarto de siglo se librarán de la muerte un total de 340.800 árboles. La Diputación no tiene la cifra exacta, pero calcula que hay entre 600 y 1.000 árboles por hectárea.

La red todavía no está señalizada, pero hay cierto interés en mantener en secreto la ubicación de alguno de los bosques protegidos para evitar que la mano humana los deteriore. En otros casos, sin embargo, debido al interés pedagógico, a su accesibilidad y a su menor grado de vulnerabilidad, se permitirán las visitas. Aunque todavía se está estudiando cómo hacerlo y cómo señalizarlo.

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Cuando caduquen los 25 años de gestión de la Diputación, se prevé que se puedan renovar y continuar protegiendo las arboledas. El programa, denominado Selvans, se marca como objetivo conseguir más patrocinio privado en las parcelas que son de particulares para que la Administración se centre en las parcelas que pertenecen a los ayuntamientos. En la actualidad, de los 44 bosques, 21 son municipales y 23 propiedad privada.

Greenpeace aplaude la medida pionera de Girona. A su entender, es básica para la supervivencia de las especies más vulnerables. Pero alerta del peligro de que España pretenda desgravarse parte del dióxido de carbono que emite a la atmósfera con este tipo de medidas. "No queremos que se contabilice el dióxido de carbono. Lo que debe hacer España es reducir la emisión del gas, no compensarlo", explica Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques y clima de Greenpeace. En una frase: "Poner coto al carbono que sale por las chimeneas".

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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