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Reportaje:

En compañía de dos

Los actores sicilianos Spiro Scimone y Francesco Sframeli representan su pequeño teatro íntimo en el Festival de Otoño

Javier Vallejo

Cuando Francesco Sframeli le confesó que quería ser actor, su padre se persignó. "Pero, ¿tú has oído?", le preguntó atónito a su esposa. Una vocación semejante era, en la Sicilia de hace tres décadas, impensable en el hijo de un conductor de autobús. Spiro Scimone, su compañero de colegio y de vocación, ni siquiera se atrevió a contárselo a sus padres: utilizó a su hermano como mensajero. Desde hace quince años, ambos forman la Compagnia Scimone Sframeli, con la que han cosechado dos premios Ubú, oscar del teatro italiano, y el león de oro de la Mostra de Venecia a la mejor opera prima de 2002, por su película Due amici, inspirada en la obra teatral Nunzio, que acaban de representar en el Festival de Otoño de Madrid.

"Recibimos ofertas para hacer cine incluso de Hollywood"
Han recalado en los principales certámenes europeos

Esta noche interpretan Bar, de Spiro Scimone, autor de la compañía. "A raíz de la Mostra, recibimos muchas ofertas para hacer cine, incluso de Hollywood, pero preferimos seguir adelante con nuestro proyecto dramático", explican en un restaurante de la plaza de Santa Ana. Nunzio, dirigido por Carlo Cecchi, "el heredero artístico de Eduardo de Filippo, fue nuestro punto de partida", dicen. Con Cecchi estrenaron su trilogía shakespeariana (Hamlet, Sueño de una noche de verano y Medida por medida) en un teatro de Palermo en ruinas, abarrotado de gente del barrio: "Durante el duelo entre Amleto (nombre italiano de Hamlet) y Laertes, los espectadores animaban: '¡Amleto, Amleto!', como si gritaran '¡Atleti, Atleti!", recuerda Francesco.

En Bar, espectáculo sobre la relación entre un camarero y un cliente, echaron mano de la pintora Titina Maselli. "Con 80 años, venía a ver los ensayos, y mientras pintaba los decorados, cantaba, tendida en el suelo como una niña. Tenía un gusto por la vida contagioso".

Desde 2001, cuando la directora del Kunsten Festival des Arts de Bruselas les brindó su escaparate, Scimone y Sframeli han ido recalando en los principales festivales europeos con su teatro sencillo, de bolsillo, postbeckettiano y desnudo, protagonizado siempre por personajes orillados y endurecidos, pero con buen fondo. En Madrid, Sframeli anda con una muleta, salvo en escena. Se lesionó ensayando Pali (El poste), la última obra de Scimone, que presentan a finales de noviembre en el Teatro Valle, de Roma. "Sus protagonistas se encaraman a un poste para que no les engulla el vertedero inmenso que crece bajo sus pies. Es una metáfora de la vulgaridad reinante en la Italia de Berlusconi", explica su autor.

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En ese basurero creciente, cada quién creerá ver la porquería que le quede más cerca. "En Sicilia, deberíamos asumir que todos somos mafiosos para que las cosas cambien: tenemos un antiestado funcionando desde el siglo XIX".

Scimone y Sframeli son cabeza de puente de la programación italiana del Festival de Otoño, de marcado carácter sureño. Anoche, en el Matadero, se estrenó Proprio come se nulla fosse avvenuto, macroproducción del Festival de Nápoles y de la compañía Gli Ipocriti, y el 25 de noviembre los Teatros del Canal ofrecen la Trilogía del veraneo, de Goldoni, coproducción del Piccolo de Milán con los napolitanos Teatri Uniti, que ponen a su director, Toni Servillo.

Bar. La Cabrera. Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga. 14 de noviembre. Proprio come se nulla fosse avvenuto. Madrid. Matadero. 14 de noviembre.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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