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Andrés Nagel destaca "el daño moral" sufrido por el conflicto con Bidasoa

El País

El artista Andrés Nagel, enfrentado a la empresa Porcelanas Bidasoa en un juicio que se celebra San Sebastián por el presunto plagio del diseño de una vajilla, aseguró ayer que lo más importante para él es el "daño moral" que ha sufrido, por encima del aspecto material. Nagel hizo esa afirmación durante la segunda jornada de la vista oral contra dos responsables de la compañía, para los que la fiscalía pide dos años de cárcel, una multa de 12.000 euros y que indemnicen con una cantidad aún no fijada al creador donostiarra, cuya representación legal eleva su solicitud de prisión hasta los cuatro años y diez meses.

Durante la sesión celebrada ayer, Nagel recalcó que para él "lo más importante es el daño moral" y aseguró que toda la lucha legal que ha desarrollado en los últimos años contra Porcelanas Bidasoa ha sido por ese motivo. A pesar de la firmeza con la que el artista ha expuesto este argumento ante la jueza, la abogada de Porcelanas Bidasoa le preguntó a renglón seguido si lo que realmente le interesa es cobrar una compensación, cuestión que irritó visiblemente a Nagel. La magistrada consideró "muy impertinente" la pregunta, antes de pedir a la letrada que se disculpara, a lo que ésta no ha accedido, si bien retiró la cuestión.

Creada para Arzak

El artista explicó en su declaración que la vajilla presuntamente plagiada, que lleva por nombre Arzak, fue creada expresamente para este prestigioso restaurante donostiarra, mientras que la supuesta copia, llamada AZ, es como de una tienda "de carretera". "Una burla" y "una vulgaridad tremenda", insistió. Tras examinar físicamente en el juicio distintas piezas de ambas vajillas, Nagel defendió la evidencia de que la AZ es "una falsificación" de la Arzak y que constituye "una completa torpeza" a la que se le ha borrado el nombre y se han suprimido unas ondulaciones, entre otras variaciones para las que nadie requirió su autorización.

Nagel subrayó que cuando la empresa contactó con él en 2000 para desarrollar la vajilla Arzak lo hizo por la "calidad" de sus obras. Si después lo que finalmente ve la luz es "un trabajo terrorífico", se puede hundir la carrera de un artista argumentó. Nagel añadió que aunque en el contrato verbal que tenía con Porcelanas Bidasoa para crear la vajilla Arzak existía una cláusula de confidencialidad por el que su nombre no podía aparecer como autor de las piezas, todos los trabajadores de la fábrica, así como su entorno, personas próximas al mundo del arte y el cocinero Juan María Arzak tenían conocimiento de ello.

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