Frescos escondidos en San Mamés
La ermita de Aroche tiene pinturas murales de los siglos XV y XVIII
Hace diez meses estaba casi todo el interior de la ermita de San Mamés de Aroche (Huelva) encalado, y ahora los rojos, amarillos y azules predominan por doquier. En agosto del año pasado comenzaron las obras de limpieza del edificio, que está en la ciudad hispanorromana de Turóbriga, datada en el siglo I d.C. "En un principio íbamos a limpiar un fresco del siglo XV que se descubrió en los años setenta y al que se le aplicó un tratamiento de emergencia en los noventa. Y, poco a poco, han salido más frescos y temples desconocidos hasta el momento y muy coloridos", comenta Miguel Ángel Mercado, responsable de la empresa Clave, que realiza la restauración. Las obras han sido financiadas por la Consejería de Cultura (137.639 euros), y el Ayuntamiento (45.879 euros).
Los restauradores han eliminado hasta 40 capas de cal de las paredes
A mediados de enero descubrieron pinturas al temple en el presbiterio
En el muro Norte de la ermita, construido sobre las paredes del antiguo foro de Turóbriga, están los frescos conocidos en los setenta y realizados en el siglo XV: Un San Cristóbal, una Anunciación y La última cena, en la que se ve un Jesucristo con seis dedos. "Está muy curioso; probablemente, al ser una técnica al fresco y no poder rectificar, el autor, que es anónimo, la debió dejar así", comenta el restaurador.
A mediados de enero, y mientras realizaban sus tareas de limpieza cotidianas, descubrieron un nuevo fresco tras la cal: otra Anunciación situada en el arco toral de la ermita, también del siglo XV. "Se ve que el autor conocía bien la técnica porque el estado de conservación es bastante bueno", resalta. Y después llegaron más sorpresas. Los pilares, el púlpito y el presbiterio habían sido pintados al temple en el siglo XVIII, con figuras geométricas y varios colores. "En la pared del púlpito aparecieron estrellitas y una cruz, como si fuera un escenario, y en el presbiterio incluso se intuye un angelito con alas. Fue una auténtica sorpresa, una maravilla", dice Mercado. Pero no quedó ahí, limpiando las columnas adosadas al presbiterio, siguieron los descubrimientos. "Vimos que son romanas y de granito, las basas y los ladrillos provienen de Turóbriga, en los yacimientos que están aquí al lado se ven a montones, aprovecharon sin duda ese recurso", sostiene Mercado. Para este nuevo hallazgo, Cultura dio otros 20.719 euros más.
El 70% del trabajo realizado por un equipo de seis restauradores ha consistido en quitar la cal, que hasta el momento había servido para conservar las pinturas. En uno de los pilares de la ermita han dejado un testigo de las diferentes capas para que se pueda observar la progresión de la cal. "La hemos eliminado toda con bisturí y de forma manual. El proceso de limpieza mecánica es la mejor forma para controlar la restauración, porque a veces la cal se queda pegada en las pinturas y se pueden desprender", asegura. Y así, centímetro a centímetro, han descalichado cerca de 500 metros de superficie. "Esto se ha encalado con mucha frecuencia, por mantenerla bonita y por motivos higiénicos, la ermita llegó a ser un hospital de campaña porque Aroche ha sido zona de guerra fronteriza con Portugal, y aquí se han librado muchas batallas", cuenta Mercado.
Ahora la amenaza es la lluvia, las cubiertas están algo envejecidas y el agua se cuela dentro del edificio. "Es una pena que el trabajo que estamos haciendo se estropee por la humedad", comenta Mercado. En lo que ya está terminado, es facilísimo diferenciar lo que ha sido restaurado y lo que es original. Miguel Ángel ha querido respetar la Historia. Las partes que han sido restauradas están rayadas con líneas verticales para que se puedan distinguir, y en las oquedades han utilizado un tono de color más claro también para diferenciarlo. "No queremos mentir, queremos que el visitante sepa de qué época es lo que esta viendo y lo valore sabiendo que es verdad", afirma Mercado.
El convenio de colaboración con el Obispado de Huelva recoge que, una vez estén finalizadas las tareas a finales de julio, está obligado a permitir la visita pública forma gratuita y a mantenerlo. "Además se volverán a dar misas y se celebrarán las romerías". Hasta la ermita, antes llamada de San Pedro de la Zarza y conocida como de San Mamés tras la llegada del santo, se accede por un camino que se adentra en la ciudad de Turóbriga, en plena naturaleza, entre corderos, cigüeñas y hasta buitres negros.
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