El hombre por quien lloran los parias
India muestra su pesar por el fallecimiento del cooperante español Vicente Ferrer tras 55 años entregado a los desposeídos
India llora la muerte de un líder en la lucha a favor de los desposeídos. Miles de indios se congregaron ayer en Anantapur, al sur del país, para despedirse del filántropo Vicente Ferrer, referente de la cooperación internacional, fallecido ayer a los 89 años tras sufrir graves complicaciones cardiorrespiratorias como consecuencia de una embolia cerebral padecida hace tres meses. Murió "en paz y tranquilo", según señaló ayer su hijo Moncho. El cooperante pasó sus últimas horas rodeado de su mujer, Anna, y sus tres hijos. "Al final está donde él siempre quería".
La reacción multitudinaria fue espontánea tras conocerse la muerte del que llamaban father (padre). En un salón de actos de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur se improvisó una capilla ardiente a la que llegó gente durante todo el día y hasta bien entrada la noche. Una banda de música ponía melodía al adiós, mientras grupos de mujeres lloraban desconsoladas.
"La gente está tristísima, sobre todo los más pobres y explotados"
La fundación ha conseguido padrinos para 135.000 niños
Los 55 años de trabajo en India convirtieron a Ferrer en una institución en el subcontinente. En Anantapur, una región árida y paupérrima con elevados índices de analfabetismo, trabajó sin descanso durante cuarenta años. Puso en marcha hospitales, escuelas, pozos y caminos para mejorar la vida de los desposeídos, los dálits (intocables). "Fue un auténtico líder revolucionario", subrayó ayer el periodista Alberto Oliveras, autor de la biografía Vicente Ferrer, la revolución silenciosa. "Era un hombre fuerte, un líder con carisma sobre las masas, que le seguían como a un gurú", añadió Oliveras a Europa Press, al recordar las manifestaciones que apoyaron al misionero en 1968, cuando fue expulsado de Bombay debido al recelo de las autoridades indias.
"Hay mucha conmoción: la gente está tristísima, sobre todo los más pobres y explotados. Saben que hemos perdido a un hombre que ha sido muy importante en el desarrollo no solo de este Estado, sino de toda India", explicó por teléfono a este diario Khasim Peera, director de la prestigiosa ONG Mass Education Society, radicada también en Anantapur.
No solo los más de 135.000 niños sin padres que apadrina la fundación, sino "también todos los españoles nos hemos quedado un poco huérfanos", lamenta el ministro consejero de la Embajada de España en Nueva Delhi, Gonzalo Ortiz. Sí, hay tristeza, y mucha, pero en general la gente está serena, "convencida de que el espíritu de Vicente seguirá aquí", asegura la portavoz de la fundación en India, Blanca Romañá.
Unos 2,5 millones de personas en más de 2.000 pueblos y aldeas se benefician de los proyectos que puso en marcha Ferrer. Y según los allegados al cooperante, el trabajo seguirá. "Mi padre quiere que sigamos con el trabajo", anunció su hijo Moncho en RNE.
La fundación difundió un comunicado en su web en el que se compromete a "continuar con la gran labor que él comenzó, así como a difundir sus ideales de compromiso con los más desfavorecidos y la acción para remediar el sufrimiento". Anna Ferrer, la viuda, asegura que el difunto "no se ha marchado, sino que vive en cada rincón de Anantapur, en cada parte del trabajo en nuestras aldeas. Para todos nosotros en India y en España, él sigue viviendo a través de sus sencillas palabras y mensajes".
Ferrer, que recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 1998, también ha visto reconocido su trabajo en Internet. Más de 14.200 personas se han reunido en la red social Facebook para pedir la concesión del Premio Nobel de la Paz a la Fundación Vicente Ferrer (apps.facebook.com/causes/210215?m= 94c030c1). Además, la web de la fundación ha recibido miles de mensajes de apoyo. Los Reyes y los Príncipes de Asturias también enviaron ayer telegramas de condolencia a la familia Ferrer.
El filántropo padecía una mala salud desde hacía años. En marzo el cooperante catalán sufrió una embolia que lo obligó a estar hospitalizado varias semanas. Después pudo volver a casa, pero el jueves por la noche tuvo una recaída debida a graves complicaciones cardiorrespiratorias. Murió "en paz" en la madrugada de ayer, rodeado de su familia.
Ferrer aceptó su muerte con "tranquilidad", según señaló Lancy Dodem, el primer niño intocable que fue apadrinado por Ferrer y que hoy es el portavoz de la fundación en España. "Era consciente de que debía marcharse pero de que su labor tenía que continuar", señaló Dodem a EP.
"Valía la pena venir desde tan lejos. Y nos quedaremos aunque tengamos que esperar mucho, porque él ha sido como un dios para nosotros", considera Sasi, un indio que trabaja como traductor de español para la fundación de Ferrer. Sus palabras resumen los comentarios de quienes hacían cola ante el féretro.
"Es una gran pérdida, y en especial para los grupos de población más vulnerables", subrayó en un comunicado Jordi Folgado Ferrer, director de la fundación. La entidad administra hospitales, cientos de escuelas y ha distribuido miles de viviendas, y ha aplicado sistemas de riego y de protección del medio ambiente. A Ferrer se le recordará por ser un trabajador incansable, por luchar siempre por los más desfavorecidos. E incluso por ser un poco "testarudo" para cumplir sus ideales. Y también por su buen humor, coinciden quienes lo conocieron. El próximo lunes se celebrará el funeral y Ferrer será enterrado cerca de Anantapur. La familia y la fundación se preparan para un evento multitudinario de despedida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.