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Reportaje:

El euskera enseña sus cartas

Un compendio de la correspondencia de Txomin Agirre documenta la creación de Euskaltzaindia - El escritor inauguró la novela en vascuence

"Domingo de Agirre es uno de los creadores de la novela en euskera". Sebastián Gartzia (Barakaldo, 1944), miembro del consejo de investigación literaria de Euskaltzaindia, se muestra categórico a la hora de esgrimir las razones por las que ha dedicado buena parte de su trabajo como filólogo a este autor. Fruto de estas investigaciones es Domingo Agirre: Gutun Bilduma, una recopilación de la correspondencia inédita del escritor, que acaba de ser editada por Euskaltzaindia y Labayru Ikastegia y que recoge 103 cartas que Gatzia considera "vitales para conocer al autor y su contexto".

El sacerdote Txomin Agirre (1864-1920) fue uno de los fundadores de Real Academia de la Lengua Vasca en 1918. "Sólo asistió a las dos primeras reuniones, porque ya estaba muy enfermo; pero, junto con intelectuales como Resurrección María de Azkue o Julio de Urquijo, sentó las bases de la Euskaltzaindia", explica Gartzia.

"Agirre es interesante tanto desde el punto de vista literario como político"
"El euskera, como lengua minoritaria, sigue exigiendo una gran militancia"

El investigador indica que lo que buscaba por encima de todo es mostrar la atmósfera, a través de una persona significativa, de ese momento fundacional: "En las cartas se muestra cómo se animan unos a otros a escribir. Se empiezan a publicar novelas, prensa, revistas en euskera: es un mundo en ebullición". Y en ese contexto, Agirre es interesante "desde el punto de vista literario y político. Vive el paso del carlismo al nacionalismo y la expansión de éste. Convive también con el liberalismo". Todo queda plasmado en unas cartas que "estaban a punto de perderse", según Gartzia.

Un momento de ebullición de la cultura vasca en euskera como ése no volverá a producirse hasta los años setenta, con el final de la dictadura franquista. Es entonces cuando Gartzia, que se había formado como economista en Deusto, se quedó "enganchado" por el movimiento de recuperación del euskera y comenzó sus estudios de filología vasca.

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La mayoría de las epístolas recopiladas en Gutun Bilduma están escritas en castellano, aunque el remitente y los destinatarios eran euskaldunes. "Aún era preciso que se tomara conciencia de que la lengua vasca tenía que estar presente en todos los niveles". En la actualidad, el euskera se ha asentado en numerosos ámbitos que le estaban vetados entonces, pero aun así, apunta Gartzia, el número de primeros hablantes "es porcentualmente inferior al de hace un siglo". Como lengua minoritaria, concluye el investigador, "sigue exigiendo un nivel de militancia muy grande; porque la globalización y los medios de comunicación juegan a favor de los idiomas con mayor número de hablantes".

Ahora que la literatura en euskera "ha alcanzado la madurez", Gartzia quiere romper una lanza en favor de pioneros como Aguirre. "Kresala o Garoa son novelas muy costumbristas, localistas, ideologizadas..., pero son una maravilla en cuanto a la utilización de los recursos literarios del euskera".

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