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Pedro Sánchez descarta un Gobierno de Puigdemont en Cataluña: “No le dan los números”

El presidente afirma que el líder de Junts “tiene que asumir la realidad” y da por hecho que el socialista Illa será investido

Pedro Sánchez, este viernes durante la entrevista en 'Al rojo vivo'. Foto: LASEXTA | Vídeo: LASEXTA
Manuel Viejo

Pedro Sánchez no oculta su satisfacción tras las elecciones catalanas del pasado domingo. El éxito del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ganador en votos y escaños, ha llegado en uno de los momentos más críticos de los cinco años de mandato del presidente del Gobierno y tras un periodo de reflexión en el que dijo haberse planteado seriamente la dimisión. Ahora, tres semanas después de llevar a los suyos al desconcierto total con aquel anuncio, Sánchez ha recibido un bálsamo electoral y asegura que ya no sólo piensa en reimpulsar la legislatura sino en volver a presentarse para otro mandato. Considera que el resultado de los comicios catalanes supone un respaldo a sus políticas —indultos, ley de amnistía (aún en trámite parlamentario) y supresión del delito de sedición, entre otras— y da por seguro que Salvador Illa será el nuevo president de la Generalitat.

Este viernes, en una entrevista concedida al programa de Al Rojo Vivo de La Sexta, el jefe del Gobierno ha descartado que el PSC vaya a echarse a un lado para permitir un Gobierno de Carles Puigdemont, candidato de Junts, que también quiere intentar la investidura. Puigdemont, ha dicho el líder del PSOE, “tiene que asumir la realidad”. Y “la realidad es la realidad: no le dan los números”. Ha negado así el escenario ante el que el PP lleva días alertando: que Sánchez sacrifique la presidencia de Illa en Cataluña a cambio de retener el apoyo de Junts al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Sánchez ha dado por muerto el procés independentista, al contrario que Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, y se ha burlado de las que considera contradicciones internas de los populares sobre esta cuestión. “En Cataluña dicen que está muerto, y en Madrid, que no. En la campaña no hablaban de los indultos ni de la amnistía”, ha remarcado. Y ha dado unas pistas de por dónde irán los mensajes de la campaña electoral del PSOE a las elecciones europeas, que comienza el próximo viernes: “[Los populares] están en su alineación con el discurso xenófobo de la ultraderecha. Es un retroceso muy grave”.

El presidente asegura que se ha abierto un tiempo nuevo en Cataluña que estará ―siempre y cuando el socialista Illa gobierne— centrado en la “gestión” de los servicios públicos. “Hay que afrontar los problemas de frente. [El independentismo] ha centrado el debate de la política catalana en los últimos diez años. Esto [el resultado del 12-M] es la superación de una grave crisis”, ha dicho. El presidente está convencido de que esa nueva situación de Cataluña puede ser parte de su legado, pese a las dudas “legítimas” que tuvo con los indultos y con la ley de amnistía (que negó rotundamente que fuera a conceder hasta pocos días antes de concederla). “Reivindiquemos esa línea política. Teníamos razón aquellos que decíamos que teníamos que afrontar estos problemas de frente. Hoy España crece más y crea más empleos que hace seis años. España está más unida que en 2017. Esto es fruto de las apuestas políticas, del perdón, de la regeneración”, ha insistido.

El socialista Illa, en todo caso, necesita el sí de ERC para sacar adelante su investidura. Sánchez ha aseverado que no se ha cruzado ningún mensaje en las últimas horas con los republicanos y tampoco con Junts. “Los partidos políticos tienen sus procesos internos. La democracia también tiene sus momentos. El 10 de junio se tiene que constituir la nueva Mesa [del Parlament]. Creo que la sociedad catalana lo que no aceptaría sería una repetición electoral. Es imperativo apostar por un nuevo Govern, y quien tiene los números es Salvador Illa”, ha subrayado.

Los cinco días de reflexión

A la pregunta de si volvería a hacer lo que hizo cuando se tomó cinco días de “reflexión” para decidir si dimitía o no, el presidente ha respondido que eso no es algo que se planifique sino que “estas cosas salen”, y ha vuelto a asegurar que no consultó a nadie, ni siquiera a su esposa, antes de escribir su “carta a la ciudadanía”. “Llevo diez años sufriendo, [yo], mi pareja y mi familia. Es un acoso. Yo sé que no lo hacen porque yo me llame Pedro Sánchez, lo hacen porque represento al PSOE, que lleva a España a unas cotas positivas”, ha proseguido.

Sobre aquellos días —entre el miércoles 24 y el lunes 29 de abril— en los que sumió al PSOE en la incertidumbre total, el presidente ha relatado que la decisión de continuar la tomó el sábado de madrugada, que el domingo salió con su mujer a dar un paseo por el campo y que, esa tarde, elaboró el discurso del día siguiente, cuando en una comparecencia desde La Moncloa anunció que seguiría al frente del Gobierno. Y que su mujer, Begoña Gómez, le dijo al enterarse, a posteriori, de la carta, que no debía dimitir.

Begoña Gómez también está en el foco del debate político desde hace semanas. El PP acusa al matrimonio de incurrir en un conflicto de intereses y tráfico de influencias por las ayudas públicas concedidas por el Ejecutivo a tres empresas que han tenido algún vínculo con los centros de estudios donde ha trabajado la esposa de Sánchez. El presidente sostiene que no hay ninguna irregularidad. Así lo ha defendido hoy:

―¿Cree que Begoña Gómez lo ha hecho todo bien?

―Por supuesto. No hay caso. Hay fango.

“Estamos hablando de un enorme bulo”, ha abundado Sánchez, y ha recordado que, tras las elecciones europeas, tomará medidas —sin especificar― para combatir los bulos y la desinformación. “Aquí tenemos caballos de Troya que socavan la calidad democrática de este país. Esto ocurre en todas las democracias: en Brasil, en Argentina, en Europa. Europa tomó conciencia en 2020 y presentó un plan de acción y, de ese marco, cuelgan iniciativas que se tendrán que extrapolar a los gobiernos”, ha dicho. Visiblemente molesto, el presidente ha asumido que su esposa será llamada a declarar por el PP en la comisión de investigación del Senado sobre el caso Koldo. “No me van a quebrar”, ha remarcado Sánchez.

En cuanto a la renovación del Consejo General del Poder Judicial ―bloqueado desde 2018—, el jefe del Gobierno ha avanzado que habrá medidas en los próximos meses, pero sin dar más detalles, y ha vuelto a señalar que su intención no es cambiar las mayorías legales de elección de los vocales (como le pide Sumar para poder renovar el órgano sin tener que contar con el PP).

La investigación a la Fiscalía General del Estado

Sánchez ha opinado también sobre la apertura de diligencias previas que ha acordado un juez tras la querella presentada contra la Fiscalía por Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP). El empresario, que está siendo investigado por presunto fraude fiscal y falsedad documental, acusa al ministerio público de un presunto delito de revelación de secretos por publicar una nota de prensa en la que desmentía las informaciones tergiversadas que había difundido previamente el equipo de la presidenta madrileña sobre el procedimiento. “La Fiscalía es independiente. El fiscal cuenta con toda la confianza del Gobierno”, ha dicho Sánchez.

―¿Cree que hay una operación judicial y política para acabar con el fiscal?

—Política, sin duda.

―¿Y judicial?

―Ahí no me meto porque soy el presidente del Gobierno de España.

El presidente comparecerá el 22 de mayo en el Congreso, donde tiene previsto anunciar la fecha en la que reconocerá a Palestina como Estado en un comunicado junto a otros países. Ese reconocimiento no se producirá el 21 de mayo, una fecha que se había barajado, pero sí en los “días siguientes”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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