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La justicia paraliza un megapuerto para proteger una planta marina

- El Tribunal de Canarias deja en el aire el proyecto de Granadilla, de 380 millones - La comunidad desprotegió un bosque submarino en contra de sus técnicos

La Cymodea nodosa es una planta marina que crece en aguas templadas y que forma una especie de césped submarino llamado sebadal. Es, además, un enorme quebradero de cabeza para el Gobierno canario, que desprotegió uno de sus sebadales para construir el puerto industrial de Granadilla, en Tenerife. Con la obra, los ejecutivos central y canario pretendían convertir las islas en el puente para los contenedores entre América, Europa y África, lo que requeriría una inversión de 380 millones de euros. Pero el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, en un auto notificado ayer, dio la razón a Ben Magec-Ecologistas en Acción y suspendió de forma cautelar la desprotección del sebadal. La Autoridad Portuaria (de Fomento y la comunidad) paralizó ayer la obra, que comenzó 10 días antes.

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La sala segunda de lo contencioso administrativo del alto tribunal canario ha anulado de forma cautelar la desprotección del sebadal mediante un procedimiento reservado a las "circunstancias de especial urgencia". No ha esperado a escuchar los argumentos del ejecutivo regional para ratificar o no su decisión. Lo hará hoy tras oír a los abogados de la comunidad y de los ecologistas.

El puerto de Granadilla ha sido objeto de gran controversia en las islas. En 2004, más de 20.000 personas se manifestaron contra el puerto, que incluye una regasificadora y un dique exterior de más de 700 metros. Los ecologistas de Ben Magec acabaron por llevar la protesta a los tribunales para denunciar el procedimiento que siguió la Consejería de Medio Ambiente para desproteger el sebadal. Consideran que "el vertido ininterrumpido de materiales en la costa [...] afectará a numerosas especies marinas protegidas existentes en el área", entre ellas la Cymodocea nodosa. Y que, además, la construcción alterará las corrientes de arena y amenazará así el ecosistema submarino.

La Cymodea nodosa, según el informe de un grupo de investigadores universitarios, no está en peligro de extinción, pero es de "tal importancia" -al albergar cientos de algas distintas y un centenar de especies de peces- que su desprotección podría implicar "una sucesión de acontecimientos de consecuencias imprevisibles". "Con relativa frecuencia se observan juveniles de tortuga boba en determinadas áreas del sebadal", añade ese informe.

Dado el valor de la especie, el Ejecutivo canario tenía un problema para autorizar el puerto, ya que había protegido la planta en 2001. En junio de 2008, la autoridad portuaria de Santa Cruz (en el que están Fomento y el Gobierno canario) pidió opinión a la Abogacía del Estado sobre cómo podría descatalogar el sebadal que se encuentra en la zona de la obra del puerto. Su intención era mantener la protección del resto de la especie.

El abogado del Estado recomendó que la comunidad encargara un informe técnico y advirtió de que "sólo en el caso de que fuera favorable" a la descatalogación las obras del puerto serían legales. El decreto que creó el catálogo de especies protegidas de Canarias señala que sólo se pueden desproteger especies "con fundamento en la información técnica o científica que así lo aconseje".

La comunidad encargó un informe a sus técnicos de biodiversidad. El pasado 29 de enero, un informe de los técnicos de Medio Ambiente afirmó que no había tales motivos científicos para sacar el bosque submarino del catálogo de especies amenazadas. El texto concluía: "La descatalogación propuesta de un sector" del sebadal "no obedece a razones o motivos relacionados con la biología de ésta o de cualquier otra especie. De hecho, no hay razones biológicas ni de conservación de la especie que justifiquen la descatalogación".

Ello no impidió que el 6 de febrero pasado, y mencionando, entre otros, ese informe, la Consejería de Medio Ambiente descatalogase el sebadal frente al puerto. El coordinador de Ben Magec, Francisco Castro, afirma que "se trató de una descatalogación a la carta en contra de los técnicos de Medio Ambiente".

Este diario intentó ayer sin éxito obtener la versión de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife. Una portavoz de la consejería de Medio Ambiente, anunció que el consejero, Domingo Berriel (Coalición Canaria), opinaría hoy, ya que se encontraba toda la tarde en una comisión de urbanismo. El puerto cuenta con la aprobación del Ministerio de Medio Ambiente y, tras una dura pugna en Bruselas, la Comisión Europea lo aceptó en noviembre de 2006.

El macropuerto ha sido una vieja aspiración del Gobierno canario. Con él pretendía "diversificar la economía insular" y no depender sólo del turismo. Los ecologistas han argumentado durante todo el procedimiento que "no es necesario ese puerto, ya que a 50 kilómetros está el de Santa Cruz, que está duplicando su capacidad", en palabras de Castro. Éstos alegan que la única justificación es la masiva inversión en obra pública y que no hay tráfico suficiente para el puerto.

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