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El 40% de los médicos reconoce haber sufrido agresiones durante su carrera

El Consejo profesional alerta sobre el aumento constante de la violencia

Casi un 40% de los cerca de 11.200 facultativos que ejercen en Euskadi han sufrido algún tipo de agresión, verbal o física, a lo largo de su vida profesional, según una encuesta encargada por el Consejo de Médicos de Euskadi para conocer una realidad que, según denuncian, no se ve reflejada en los pocos casos que llegan a los tribunales.

Las agresiones afectaron a un 14,8% de la profesión a lo largo del pasado año, según la encuesta realizada a un total de 1.062 médicos en las tres provincias, tanto de Osakidetza como del ámbito privado. En un 13% de los casos, las agresiones van más allá de los insultos y las amenazas, y llegan a las manos. Según el estudio, la violencia ha ido creciendo de forma escalonada a razón de un 3% anual desde hace aproximadamente 20 años. Los principales afectados son los que ejercen la medicina general y los que atienden en urgencias, aunque, dado que los primeros atienden una mayor proporción de pacientes, la situación parece aun más alarmante en urgencias.

En dos de cada tres casos, el agresor era el propio paciente. En la mayoría de los casos, la agresión viene propiciada por las exigencias no satisfechas del paciente (32,7%) y por situaciones como la administración de trámites como bajas laborales o prescripción de recetas (18,7%). La excesiva espera también aparece como otro motivo. El agresor promedio es un hombre de mediana edad (40 años) y de origen nacional. En cuanto al tipo de dolencia de los agresores, destaca el trastorno psiquiátrico (8,5% de los casos). El médico agredido, por su parte, suele ser un varón, de medicina general, con más de 20 años de experiencia y de media o baja altura.

Las agresiones apenas se ven traducidas en bajas laborales. Sólo un 1,9% de los afectados la solicita. Kepa Urigoitia, presidente del Colegio de Médicos de Álava, quiso contextualizar estos datos dentro de los cambios de la sociedad, donde, según dijo, el respeto a figuras como el médico ha sido sustituido por una cultura según la cual "el que grita más lo consigue". Apenas un 11,8% de los agredidos puso denuncia ante las autoridades y la mayoría terminaron sin condena (56,6%).

El Consejo elaboró el pasado año con la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco un protocolo de actuación para estos casos. En él se acordó que las agresiones físicas a facultativos dejaran de tipificarse como falta, para convertirse en delito de atentado contra funcionario -cuando el implicado trabaje en la sanidad pública-, con penas que pueden elevarse a hasta tres años de cárcel. También permite a los afectados tramitar la denuncia en el propio colegio de médicos para que el supuesto agresor no tenga acceso a los datos de su domicilio. Osakidetza, por su parte, tiene otro protocolo de actuación y ha retomado las negociaciones con los sindicatos para intentar atajar el problema.

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