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Un mes sin vender un solo ladrillo

La crisis de la construcción ha paralizado las fábricas de Bailén desde diciembre

Ginés Donaire

La crisis del ladrillo por el frenazo de la construcción está pasando factura, y de qué manera, al municipio jiennense de Bailén (18.500 habitantes), que era hasta ahora el principal foco ladrillero del país, con un 18% de la producción nacional de ladrillos, tejas y cerámica industrial.

La caída de la demanda por el parón inmobiliario mantiene paralizada desde el pasado diciembre la producción en las 40 industrias ladrilleras, algo insólito en la historia reciente de esta localidad. La mayoría de las empresas han presentado Expedientes de Regulación temporal de Empleo (ERE) de dos a cuatro meses de duración, una medida que aprovechan para hacer paradas técnicas en sus plantas mientras intentan, a duras penas, dar salida a las elevadas reservas que tienen sin vender. Otras han optado por el cierre, como ha ocurrido esta semana con Cerámicas Prada, donde la actividad no se ha reanudado una vez consumido el ERE para 18 empleados.

El alcalde admite el error de depender en exclusiva de un sector económico

"No esperábamos que la crisis fuera tan profunda, estimamos en su día una caída de las ventas del 30% pero ya hemos superado el 70%, y lo peor es que las expectativas a corto plazo no son muy halagüeñas", comenta resignado el presidente de la Asociación de Ceramistas de Bailén, José Alcalá. Él mismo, propietario de Cerámicas de Alcalá, se ha visto forzado a un ERE temporal en su fábrica hasta el mes de marzo.

Otras empresas punteras, como es el caso de Malpesa, que exporta a varios países, han seguido el mismo camino. El paro en el municipio supera ya el 22% de la población activa (se ha duplicado en los últimos tres años), al menos cuatro puntos por encima de la tasa andaluza y casi el doble de la nacional.

Al menos la mitad de los 1.700 parados provienen del ladrillo y la cerámica industrial, un sector que ha generado en los últimos años unos 2.000 empleos y el 60% de la riqueza de Bailén, con una facturación superior a los 130 millones de euros al año.

A la caída de la demanda por el parón de la construcción se suma que los empresarios bailenenses afrontan serios problemas de financiación derivados de la crisis económica general que vive el país. "Nos encontramos con muchos impagados y muchas empresas se han quedado sin liquidez", apunta Alcalá, para quien la crisis actual es mayor aún que la atravesada por Bailén en 1992, tras la finalización de todas las obras públicas que generó la Expo de Sevilla. Los empresarios reclaman como medida de choque que las distintas administraciones reactiven ahora la construcción de vivienda protegida.

También el alcalde del municipio, Bartolomé Serrano, de la Agrupación Independiente de Bailén (AIB), considera que nadie esperaba una crisis como la actual. "Nuestra localidad vive uno de los peores momentos de su historia", se indica en el documento de la Mesa por el Empleo de Bailén, un instrumento que el Ayuntamiento impulsó hace tres años para intentar anticiparse a la crisis, pero que está cojo por la ausencia de la Junta de Andalucía y de los sindicatos mayoritarios. Serrano tiene claro que "ha sido un error la elevada dependencia económica del municipio de un solo sector". Y subraya: "Hay otros potenciales que las distintas corporaciones no hemos sabido explotar".

Pero la situación no invita al optimismo en los próximos meses. El sector de la cerámica industrial -hay 70 alfarerías- considera que en el futuro no hará falta más del 50% de la producción actual. ¿Y las ladrilleras? "Ya nada volverá a ser igual porque no habrá un boom de la construcción como el de los últimos años, sólo seguirán adelante las empresas más competitivas y las que hayan modernizado sus instalaciones", vaticina el alcalde de Bailén.

Como plan de choque a corto plazo, Bartolomé Serrano valora el fondo estatal de inversiones impulsado por el Gobierno, por el que Bailén recibirá 3,2 millones de euros -más otros 728.000 del fondo adicional del Gobierno andaluz- para obras en equipamientos e infraestructura municipal. "Servirá para amortiguar un poco el desempleo, pero no es una solución definitiva", apunta Serrano, que reclama a la Junta de Andalucía que haga realidad un proyecto que lleva prometido desde hace una década: el centro logístico de transporte de mercancías, aprovechando la ubicación estratégica de Bailén como nudo central de comunicaciones.

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