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Entrevista:ANDRÉS OROZCO-ESTRADA | Nuevo director de la OSE

"Quiero regalar al público una música más humana"

El director de orquesta Andrés Orozco-Estrada (Medellín, Colombia, 1977) derrocha energía. Lo demostró ayer en su primera comparecencia ante la prensa tras ser elegido titular de la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) para las tres próximas temporadas. El joven batuta se marca como reto principal "lograr la excelencia" de la agrupación y "mantener ese estándar" en el tiempo. Está convencido de que conseguirá su objetivo, porque se ha encontrado con una orquesta que "tiene ganas de hacer cosas".

Y es que Orozco-Estrada ya conoce algo a los músicos de la orquesta vasca, porque se ha puesto al frente de ellos un par de veces como director invitado. Es consciente de que cuando se formaliza una relación, cabe el riesgo de que "se pierda ese encantamiento" de los primeros encuentros o de que surja una discusión, pero él tratará de mantener esa chispa.

En ese empeño, considera "clave" lograr "un punto de equilibrio" entre "la disciplina" que debe marcar el director y "dejar tocar un poco más a los músicos". Es decir, apuesta por "inducir" a los intérpretes para que "saquen lo mejor de ellos", pero también porque cada uno "aporte lo que sabe" y "sienta que su papel en la orquesta es fundamental".

No en vano, afirma que le interesa mucho el músico como profesional, pero también como persona. "Quiero que la gente sepa que no vengo aquí a hacer música por negocio, obligación o rutina, sino por placer, porque es mi vida". En definitiva, pretende que técnicamente la Sinfónica de Euskadi "suene muy bien", pero al mismo tiempo le encantaría "poder regalar al público una música más humana, hacer que sintamos que la música nos hace mejores personas".

Orozco-Estrada, que compaginará su trabajo en la OSE con la dirección de la Tonkünstler Orchestra Niederösterreich de Viena, tiene también entre sus retos intentar atraer al público más joven, que escasea en los conciertos de música clásica. Para ello intentará impulsar "formatos diferentes", como por ejemplo, "un concierto de jazz sinfónico o de tango".

Continuará con el repertorio universal tradicional, al tiempo que pondrá "mucho esmero" en el repertorio vasco. E impulsará "una especie de laboratorio" con jóvenes compositores. Su idea es seleccionar "cuatro o cinco pequeñas obras", tocarlas e, incluso, grabar una demo que los jóvenes puedan luego presentar para mostrar su trabajo.

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