Vuelve el Nodo

El Noticiero Documental llegaba a las principales ciudades de esa España que era una, grande y libre con una semana de retraso. El enorme equipo de reporteros que operaba en el 43 de la calle Joaquín Costa, en Madrid, presumía mucho de esto: de su ubicuidad y su inmediatez, con enviados especiales a todas partes y técnicos que lograban procesar el material y mandarlo a provincias en tiempo récord. Pero las ciudades gallegas no estaban entre las grandes, y las latas de celuloide llegaban algo más tarde. En los cines de los pueblos se proyectaban con un retraso de meses. Y a esas alturas la cabeza del ciervo que había cazado el Caudillo ya estaba disecada, los belenes capitalinos lucían en primavera y el Madrid ya había marcado 30 goles más.

De las 1.200 horas que se grabaron hasta 1981, 50 se dedicaron a Galicia

Las imágenes muestran un Franco estival y muchos pantanos

Al Noroeste todo venía a destiempo, y hubo reportajes que nunca llegaron. Pero ahora, la región atrasada que se enteraba tarde de las cosas será la primera del Estado en custodiar copias del Nodo. Galicia es la única autonomía que ha demandado a Madrid los fondos audiovisuales que se siguen custodiando en el edificio de Joaquín Costa. Hasta ahora, según Fernando Lara, director general del Instituto de Cinematografía, responsable del material, "sólo se habían hecho copias puntuales por motivos concretos: porque un pueblo pedía el reportaje sobre sus fiestas patronales o cosas así".

De momento, nadie se ha dedicado a visionar los nodos en los que aparece Galicia. En Madrid, el material está clasificado por temas y lo único que por ahora posee la Xunta es una relación de los títulos. En los próximos meses, técnicos del CGAI (Centro Galego de Artes da Imaxe) viajarán a Madrid para hacer las copias a partir de esas otras réplicas en Betacam digital que seguirá guardando, como hasta ahora, el Instituto de Cinematografía, verdadero titular de las imágenes. Después de este proceso, en A Coruña, la ciudad de César Antonio Molina, el ministro (de Cultura) que propició el convenio, estarán a disposición de los investigadores todos los nodos referidos a Galicia. Claro que a esta operación no se le puede llamar traspaso, sino triplicación del material, porque las dos únicas copias que hoy existen (aparte de los rollos originales) están en manos del Instituto de Cinematografía y de Televisión Española, que es quien se encarga de comercializar las imágenes cuando las solicita alguna otra cadena.

Los fondos del Nodo incluyen los habituales noticiarios (se editaban tres por semana), la revista semanal titulada Imágenes y otros documentales más largos. En total, en Madrid se conservan 70.000 latas, unas 1.200 horas de cinta en las que está grabada la película oficial del Franquismo. Salvo contadas excepciones, siempre con permiso previo, éstos son los únicos documentales y reportajes que permitió rodar el Régimen entre 1943 y 1976 para su emisión en cines. En realidad, se siguieron rodando hasta 1981, pero su proyección antes de las películas dejó de ser obligatoria un año después de morir Franco, así que muchas salas abandonaron la costumbre.

Las imágenes relacionadas con la comunidad ocupan más de 50 horas de cinta. En este total se incluyen 500 noticiarios (con 6 o 7 noticias cada uno), 44 números de la revista Imágenes y 76 documentales que en su momento se realizaron para su exclusiva emisión en Galicia. Los nodos suman 16 horas y media y los documentales, 18. Según Lara, estos fondos tienen "un importantísimo valor sociológico" y su contenido, pese a transmitir una visión sesgada de la realidad, es "impagable" porque son las únicas imágenes de una época. Al menos hasta que nació la televisión estatal y hubo tomavistas.

En el lote de copias en color y blanco y negro que viajarán "en pocos meses", según Molina, al CGAI, estarán todas las inauguraciones de pantanos y carreteras, corridas de toros, escenas de pesca y de caza, vacaciones estivales del dictador, Ferrol y mucho Meirás. Habrá también desfiles de moda, y espectáculos de coros y danzas. En alguno de ellos, un viejo y emocionadísimo Franco terminaba cantando el Himno Galego. Pasó en A Coruña.