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El águila imperial dobla sus opciones

El número de estas rapaces amenazadas en Andalucía se multiplica por dos

Ginés Donaire

El águila imperial ibérica empieza a remontar el vuelo en Andalucía. La comunidad alberga ya, con 54 parejas, la cuarta parte de la población mundial, fundamentalmente en dos áreas, Sierra Morena y las marismas del Guadalquivir aunque también se ha constatado su recuperación en Doñana, donde en 2007 volaron 11 pollos (tres reintroducidos desde Sierra Morena), una cifra que no se alcanzaba desde hacía dos décadas, según recoge un informe de la Consejería de Medio Ambiente que, hace cinco años, puso en marcha un plan de protección específico.

En España, el 75% de las parejas de esta rapaz cría en montes privados

Desde entonces, se ha duplicado el número de ejemplares, cuyas principales amenazas eran el uso de cebos envenenados, la electrocución en tendido de cables y la degradación y alteración de sus hábitats. A esto hay que añadir también la disminución del número de conejos, su principal presa. Además, se ha registrado un aumento del éxito reproductivo de la especie, producida gracias a la disminución de la mortalidad de los pollos en el nido, que ha llegado a ser del 4% frente al 20% de una población no manejada. Este año, se han rescatado dos huevos de un nido situado en el parque natural de Despeñaperros con altas posibilidades de fracaso debido a las molestias e inestabilidad del nido.

Casi la mitad de la población de águila imperial ibérica en Andalucía está en la provincia de Jaén. La mayoría se cría en montes públicos (15 de 24 parejas), en contraste con lo que ocurre en España, donde el 75% de las parejas cría en montes privados o el 50% en el resto de la comunidad. De las nueve parejas que habitan en montes privados, ocho están en fincas que tienen convenios de colaboración con la Administración.

El responsable del programa de conservación, Agustín Madero, resalta la introducción de conejos en las zonas de nidos en periodos de cría. También se han realizado repoblaciones de perdiz y pato. Estas actuaciones se realizan en fincas privadas en el marco de convenios de colaboración en un total de 13. 000 hectáreas. También se ha iniciado un protocolo de arreglo de nidos para evitar la mortalidad por caída de los mismos.

El programa de conservación del águila imperial ibérica cuenta con un equipo de seguimiento permanente formado por siete especialistas en la especie. Madero destaca que se ha logrado que nacieran en cautividad por primera vez cinco pollos procedentes del rescate de dos puestas. En esta línea, recientemente se ha firmado un convenio de colaboración entre Medio Ambiente y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para el seguimiento genético de la población andaluza de águilas a partir de la recogida de plumas caídas en el entorno de los nidos y posaderos habituales lo que permitirá conocer el grado de consanguinidad de esta rapaz, sus movimientos y las tasas de mortalidad y migración.

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Aunque Sierra Morena y las marismas del Guadalquivir, y en menor medida Doñana, son los principales focos de águila imperial en Andalucía, también destacan los trabajos realizados para reintroducir la especie en la comarca de La Janda. Las águilas se han obtenido a partir de pollos caídos o enfermos y extraídos de nidos en peligro de desaparición. Para los 32 ejemplares liberados hasta el momento se ha empleado la técnica de la cría campestre -utilizada también para el quebrantahuesos-.

Un ejemplar de águila imperial ibérica junto a su pollo.
Un ejemplar de águila imperial ibérica junto a su pollo.

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