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El gigantesco huracán Ike arrasa la costa de Tejas y golpea Houston

El temporal inunda la isla de Galveston, con miles de habitantes sin evacuar

"Cada tormenta es única, pero sin duda ésta será recordada por su tamaño". Con estas palabras se refería al huracán Ike un responsable del instituto meteorológico estadounidense después de que este ciclón casi tan grande como el propio Estado de Tejas tomara ayer tierra allí. Los vientos de hasta 145 kilómetros por hora dejaron a su paso cuatro millones de viviendas sin electricidad en Tejas y Luisiana, y daños materiales y humanos que aún no han podido ser evaluados -la primera víctima apareció en el pueblo costero de Corpus Christi-, pero que, según los expertos, pondrán al Ike en el tercer puesto de la lista de huracanes más devastadores de la historia estadounidense, por detrás del Katrina, que asoló Nueva Orleans y la costa de Luisiana y Misisipi en 2005, y el Andrew, que se cebó con Miami en 1992.

Los expertos advertían de que las pérdidas causadas por el Ike pueden alcanzar 25.000 millones de dólares (17.000 millones de euros) y eso, sin contar con el efecto del huracán en la industria petrolera del golfo de México. Se calcula que el 20% de la extracción de crudo, el 14% de la de gas natural y el 70% de la producción petroquímica permanecían suspendidas, pero cuando reanuden su actividad las industrias del sector tendrán que enfrentarse a pérdidas económicas por los daños provocados por el Ike.

La isla de Galveston, en la costa tejana, por donde entró el huracán levantando olas de hasta cinco metros, amaneció ayer prácticamente anegada por las aguas. A pesar de que se había decretado la evacuación de la población, al menos un 40% de sus 57.000 habitantes decidieron quedarse en casa. El gobernador Rick Perry había ordenado a los tejanos de las poblaciones costeras que huyeran hacia el norte. Más de un millón y medio siguieron su consejo, pero al menos 100.000 personas en la costa y otras 100.000 en Houston, donde el Ike golpeó con fuerza, no pudieron o quisieron ser evacuados. Las autoridades desconocían ayer la suerte que habían corrido esas personas. "Esto es una democracia. El gobernador Perry les advirtió, pero no se puede obligar a la gente a abandonar su casa. Ellos decidieron quedarse. Nuestras plegarias están con ellos", dijo el portavoz del gobernador.

A medida que avanzaba la jornada de ayer el Ike redujo su potencia de huracán de categoría 2 a la categoría 1. Sin embargo, su descomunal tamaño le hacía avanzar muy lentamente. De ahí gran parte de su devastador efecto. El presidente George Bush, acusado de ineptitud cuando el Katrina golpeó Nueva Orleans, compareció ayer para declarar a Tejas zona de desastre federal.

Un residente de la isla de Galveston observa cómo se quema la casa de sus vecinos tras el paso del huracán.
Un residente de la isla de Galveston observa cómo se quema la casa de sus vecinos tras el paso del huracán.REUTERS
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