_
_
_
_
_

Los dividendos de la paz colombiana

La disminución de la violencia impulsa el auge económico del país

Cristina Galindo

El taxista Pedro Ernesto Córdoba gira por la concurrida carrera Séptima, en pleno corazón de Bogotá, y acelera. "Ahora tengo más trabajo y hay menos atracos", asegura el conductor, de 60 años, que reconoce que la subida del petróleo y los impuestos están reduciendo sus ya escasos beneficios. Pese a sus dificultades para llegar a fin de mes, tiene claro que votará a Álvaro Uribe si vuelve a presentarse en 2010. "El presidente ha hecho mucho por la seguridad y la economía de Colombia", dice tajante. La disminución de la violencia ha provocado que el país latinoamericano, clasificado como uno de los países con mayor nivel de desigualdad del mundo, haya experimentado un boom económico desde 2002.

"Las inversiones no han dejado de crecer desde 2002", dice un analista

Hace seis años, cuando Uribe llegó al poder, el grupo francés Carrefour tenía nueve centros comerciales en Colombia; este año prevé alcanzar los 60 establecimientos. Hace seis años, la inversión extranjera equivalía al 12% del producto interior bruto (PIB), la cifra más baja de la región, y ahora está en el 28%, todo un récord. Hace seis años, la economía crecía a un ritmo del 2%, mientras el año pasado lo hizo al 7,5% -el ritmo más fuerte en tres décadas y por encima de la media de la región- y empresas locales como la Compañía Nacional de Chocolates, la Federación Nacional de Cafeteros (propietaria de la marca Juan Valdez) y el grupo financiero Bancolombia están saliendo al exterior a la conquista de nuevos mercados, sobre todo en Latinoamérica.

El descenso de la delincuencia y los secuestros ha disparado al 91% la popularidad de Uribe, que llegó al poder en 2002, fue reelegido en 2006 gracias a un cambio constitucional cuestionado por el Tribunal Supremo y ha dejado la puerta abierta a volver a concurrir a los comicios. Pero la caída de la violencia ha impulsado también la economía. La inversión extranjera ha recuperado la confianza en el país y ha sido el motor fundamental. "Las inversiones no han dejado de crecer desde 2002 y, a partir de 2005, las familias han gastado más", explica Mauricio Cárdenas, director del centro de análisis Fedesarrollo.

Colombia ha querido demostrar que tiene algo más que guerrilla y narcotráfico. No todo el mérito se debe a los frutos de la política de seguridad de Uribe. "El modelo económico vigente, basado en la lucha contra la inflación y el déficit, se ideó durante el Gobierno anterior, el de Andrés Pastrana", explica Cárdenas. Además, Colombia, que es un gran exportador de petróleo, café o níquel, se ha beneficiado del alza de precios de las materias primas. Venezuela también ha tenido que ver. El país vecino ha crecido mucho gracias al petróleo, pero ha perdido capacidad de producción, de forma que las compras de productos de Colombia se han duplicado.

Antes del inicio del boom, Colombia venía de sufrir la peor de sus crisis, a finales de los noventa, cuando el PIB llegó a caer más del 4%. La tasa de paro llegó al 20%; en mayo pasado se situó en el 11,8%. "El crecimiento se ha traducido en una reducción clara de la pobreza, del 55% de la población en 2002 al 45% de ahora, pero aún se trata de un porcentaje muy elevado", afirma Alejandro Gaviria, decano de Economía de la Universidad de los Andes. "El paro ha descendido, pero a menor ritmo de lo que ha crecido la economía", añade.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Quedan muchas cosas por hacer, sobre todo en la lucha contra la pobreza y el desarrollo de infraestructuras. "Hay grandes atrasos y eso lleva tiempo, pero hay que reconocer que el Gobierno ha hecho esfuerzos en materia social", afirma Cárdenas. El salario mínimo ha ido creciendo desde 2002, hasta cerca de 400.000 pesos mensuales (170 euros), aunque 4 de cada 10 empleados cobran menos que eso.

De momento, la realidad es que Colombia está considerado uno de los cuatro países más atractivos para invertir en Latinoamérica, junto a Brasil, México y Perú, según el grupo Santander, una de las empresas españolas presentes aquí, junto a Telefónica, BBVA, Unión Fenosa, Endesa e Inditex, entre otras.

Pero la crisis internacional no ha pasado de largo. Se aprecia una clara desaceleración. La inflación supera el 7%. El peso está en máximos frente al dólar y su apreciación mina la competitividad de los exportadores. El Gobierno ha rebajado al 4,8% su previsión de crecimiento para 2008. El boom puede haber llegado a su fin.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_