Arshavin eleva a Rusia

Retorcida en el primer duelo por España, Rusia parecía predestinada al fracaso. Ante Grecia, sin embargo, se desperezó con un triunfo ajustado y anoche, agitada por el travieso Arshavin, resucitó del todo al batir a Suecia y clasificarse para los cuartos de final ante Holanda. Continúa la tradición de Hiddink, que siempre supera el corte en un gran evento. Lo hizo con Holanda, Corea del Sur y Australia.

Dotada de centímetros, la zaga sueca solventó sin apuros el peligro aéreo. Fue, sin embargo, la única suerte que pudo contener esa línea, tan destartalada como infructuosa ante la embestida rusa. Consecuencia directa, en cualquier caso, de la apuesta de Hiddink, que propuso un fútbol de combinación y dinámico, acorde a las características de sus jugadores; livianos y ligeros, acostumbran a soltar la pelota de primeras para evitar el contacto. Especial protagonismo cobró Arshavin, extraordinario trescuartista del Zenit de San Petersburgo que regresó a la titularidad tras dos partidos de sanción. Con libertad de movimientos y empecinado en buscar los espacios intermedios, Arshavin representó la imaginación ofensiva de Rusia, que se desplegó con igual eficacia por los costados como en el juego interior. Así, tras una combinación desde la banda derecha, donde el lateral Anyukov dobló y centró al punto de penalti, Pavlyuchenko remató al fondo de la red. En la siguiente jugada, calcada, la escuadra tembló con el impacto del cuero. Pero lo escupió fuera.

Suecia, más precaria y carente de toque, no se enredó en mezclar y buscó con descaro el balón largo a Ibrahimovic, que debió concluir el duelo con el pecho enrojecido, de la cantidad de balones que amortiguó. Un arma estéril ante la artimaña rusa, que adelantó la zaga para dejar metros de por medio entre el espigado ariete y su portería. Sólo Larsson, veterano al leer la táctica rival, lanzó diagonales por delante del defensa para arrastrar a los centrales. Un cabezazo suyo lamió el larguero y otro disparo rozó el poste. Insuficiente para someter a Rusia, para contener a Arshavin, que engatilló un balón dentro del área tras otra jugada hilvanada de Rusia.

Suecia queda desterrada al tiempo que Rusia, con Arshavin como nuevo Zar, apunta a Holanda.