55 días de arte chino en el IVAM
El museo valenciano exhibe una muestra de la eclosión artística de China
Durante todos los días del año 2006, el artista chino Sun Jianchun rebuscó en las noticias diarias de la actualidad de su país para seleccionar la que consideraba más interesante. Sobre esa base, cada día pintaba un cuadro de 50x60 centímetros. Una parte de China 2006, una crónica pictórica del año, a través de 365 óleos sobre lienzo, que comprende desde bodas hasta crímenes, desde intentos de suicidio hasta actos oficiales.
36 de los 100 artistas más cotizados del mundo son chinos
Las fotografías conceptuales producen una extraña inquietud
Esta titánica obra conceptual de Jianchun es uno de los principales reclamos de la exposición 55 días en Valencia, que inauguró ayer el IVAM y que constituye la primera muestra producida por un museo español sobre la realidad actual del arte chino.
No es la primera vez que el museo valenciano se adentra en el territorio del arte chino contemporáneo, pero sí su apuesta más decidida. 448 obras, distribuidas en tres espacios -dos en el IVAM y otro en el Museo de la Ciudad-, entre fotografías, vídeos, instalaciones, pinturas y esculturas, forman una exposición que muestra solo una parte de la tremenda eclosión que ha tenido el arte chino en el mundo desde que, en 1999, Harald Szeemann invitara a 20 artistas de esa nacionalidad a la Bienal de Venecia. Baste, para ilustrarlo, el dato que ofreció ayer Rafael Sierra, uno de los comisarios de la exposición: 36 de los 100 artistas plásticos del mundo más cotizados en la actualidad proceden de China.
55 días en Valencia, un genérico que hace referencia al filme que dirigió Nicholas Ray en 1963 y que curiosamente se rodó en España, se articula alrededor de cuatro áreas. La de pintura incluye, además de la serie de Sun Jianchun, otra de Zong Biao compuesta por una pieza central de gran tamaño y 12 pinturas independientes, que se complementan entre sí. La sección de fotografía conceptual enseña los últimos trabajos de los artistas chinos a través de imágenes que producen al visitante una extraña sensación de inquietud. Dedos cortados, cuerpos inertes, mujeres que han padecido mastectomías o espacios vacíos conviven con imágenes cotidianas, como si la realidad, en esas obras, tuviera dos miradas. La dedicada a la fotografía documental, con 62 imágenes adquiridas por el IVAM, enseña la historia de China en los últimos 70 años, a través de rostros curtidos por el trabajo o la dureza del clima y moldeados por la Revolución. Por último, las instalaciones y vídeos desvelan el juego que los artistas hacen con elementos simbólicos de la urbanización en su país por medio de las técnicas más modernas.
Todo junto resume, para el neófito y el experto, la situación creativa actual de un país que, en menos de 10 años, se ha convertido en la tercera potencia artística del mundo. Un país, en una encrucijada continua entre la tradición y la modernidad, que utiliza el arte como el camino más corto para darse a conocer al mundo.
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