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Reformas en el corazón de la villa

El palacio de Cañete abrirá su jardín al público y alojará una sala de arte

El antiguo corazón consistorial de Madrid, acompasado entre la Casa de la Villa y los palacios de Cañete y Cisneros, va a ser reformado en profundidad durante los próximos años en una actuación que el Ayuntamiento ha encomendado a la Concejalía de Hacienda. El proyecto ha sido ideado por la arquitecta Amalia Castro Rial, que también ideó gran parte del traslado consistorial al Palacio de Comunicaciones.

Albergará la Oficina de Centro y la del Defensor del Contribuyente
La Casa de la Villa y el palacio de Cisneros serán museos

Será el palacio del marqués de Cañete, sobre la calle Mayor, que data del siglo XVII, el primero en el que se acometan las obras. Posee dos torres, amplia fachada, zaguán hondo, anchurosa escalera y jardín arbolado -por donde la leyenda dice que su ánima vagó hasta que se reveló la identidad de su matador-. Las obras, en su exterior, abrirán el muro que cerca el pequeño bosquete que mira hacia la calle del Sacramento, para conectarlo así a una sala de exposiciones de nueva construcción dentro del edificio a pie de calle. Jardín y sala abarcan una superficie estimada en unos 1.500 metros cuadrados.

"El interior del palacio ha sido examinado exhaustivamente", señala Castro Rial, "en un estudio sobre las patologías que dañaban el maderamen de vigas y otras estructuras". Y precisa: "No obstante, queremos completar también el estudio histórico de conjunto en el que nos hemos basado y que encomendamos al historiador Francisco Marín Perellón, aunque no ha podido ser culminado aún por una pasajera indisposición del autor".

"La licitación se convoca en el mes de junio y la duración de las obras puede abarcar entre 12 y 18 meses", añade. "El espacio afectado en Cañete, entre semisótano, planta baja y tres plantas, será de 3.764 metros cuadrados", precisa la arquitecta. "Se pretende recobrar el edificio en su conjunto, que fue sede del Gobierno Civil hasta 1980, y que se ha visto muy alterado a lo largo de todos estos años", explica Amalia Castro Rial. "La circulación interior primigenia se había perdido, ya que hasta el momento la gran escalera visible desde la entrada sólo conducía a la primera planta y ahí moría", remarca.

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"En la superficie recobrada quedará alojada la Oficina del Centro, con una pequeña sala de reuniones para el vecindario; en la segunda y tercera plantas, lo hará el Instituto de Estudios Madrileños -la principal institución de estudios locales-, que contará con espacio para una biblioteca de 6.000 volúmenes, así como dos despachos, más una sala de reuniones, que compartirán con Cronistas de la Villa; éstos dispondrán, asimismo, de un despacho propio", explica Castro. "El Defensor del Contribuyente contará también en estas plantas con una oficina".

"El criterio adoptado va a ser el de eliminar los elementos añadidos que afeaban y cerraban el patio, suprimir la escalera y rehacer la circulación integral del edificio, recuperando además la iluminación cenital", destaca la arquitecta. El uso fundamental será administrativo.

Igual uso se aplicará al cercano palacio de Benito Jiménez de Cisneros, que data de 1537. Tiene hoy 7.200 metros cuadrados de superficie útil. Fue restaurado sucesivamente y transformado -con un estilo historicista-nacionalista- por el arquitecto municipal Luis Bellido, en 1909, que culminó la articulación de la plaza de la Villa en 1915. Castro Rial considera aquella intervención muy alteradora de la traza original. El palacio de Cisneros tuvo tres misiones: albergar el principal despacho de la alcaldía; alojar numerosas dependencias administrativas y conectarse, a través de un pasaje volado que Bellido tendió, con la Casa de la Villa. Las futuras obras en este recinto histórico, que serán de restauración, acentuarán su uso museístico, dentro del cual se conservará el antiguo y fastuoso Salón de Plenos.

La Casa de la Villa, obra de Juan Gómez de Mora, que data de 1629, aunque fue muy transformada hasta 1915, tiene hoy 6.600 metros cuadrados construidos y 5.488 metros cuadrados útiles. No verá comenzar las obras hasta 2010 y serán actuaciones de restauración.

La joya de la corona será el Patio de Cristales del palacio consistorial, que volverá a su morfología inicial, descubierta, al quedar suprimido el forjado que elevaba su suelo hasta dos alturas, aproximadamente. Para este y otros menesteres, Amalia Castro Rial remite complementariamente a la Coordinación General de Infraestructuras del Ayuntamiento, cuyo departamento -que encabeza Juan José Echevarría-, hasta hace meses denominado Dirección General de Patrimonio, coparticipa también en la intervención.

"Lo más importante de esta serie de actuaciones consiste en poner en valor todo este entorno histórico, de modo que lo actuado refleje en una visión de conjunto el origen del Ayuntamiento de Madrid, al tiempo que se mejore su utilidad al servicio del ciudadano y del vecino", concluye Castro Rial.

La Casa de la Villa fue el espacio representativo por excelencia del Ayuntamiento de Madrid. El traslado consistorial hasta el Palacio de Comunicaciones generó críticas en medios arquitectónicos, que consideraban impar su entidad, por su secular solera.

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