Arqueros rupestres
Halladas nuevas figuras en la Cova de la Clau
Especialistas del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, dependiente de la Consejería de Cultura, han descubierto dos nuevas pinturas rupestres, todavía por documentar y perfilar, en la Cova de la Clau, un yacimiento descubierto en 1998 en Palma de Gandia por el arqueólogo Joan Cardona y datado en el post-Paleolítico. Los expertos, dirigidos por el técnico de arte prehistórico del instituto Rafa Martínez, se desplazaron a la cueva después de que responsables municipales detectaran varias pintadas realizadas con aerosol fluorescente. El acto vandálico fue descubierto en marzo del pasado año. La cueva, declarada Patrimonio Mundial, está protegida por una valla de tres metros. La directora del instituto, Carmen Pérez, hizo ayer un llamamiento a la "concienciación" ciudadana sobre la importancia de estos yacimientos, y la necesidad de su protección, "lo único que conservamos de nuestros antepasados".
La limpieza y restauración del interior de la cavidad ha sacado a la luz dos nuevas figuras que no habían sido documentadas. Una representa la imagen de un arquero, de mayor tamaño que las halladas en 1998. Los trabajos realizados en la última década habían descubierto dos conjuntos de pinturas rupestres. El más importante, de estilo naturalista-levantino, representa una escena con tres arqueros y a un animal herbívoro recién abatido por uno de los cazadores. El segundo está formado por pinturas esquemáticas. Los expertos procederán ahora a documentar e identificar las nuevas figuras encontradas en la cavidad.
Martínez, responsable de la limpieza y restauración de las pinturas rupestres dañadas, recordó ayer que en la actualidad hay un total de 430 conjuntos de arte rupestre documentados en la Comunidad Valenciana. La dificultad de acceso a algunos de estos yacimientos y las medidas de seguridad adoptadas -la mitad de ellos están vallados- no ha impedido agresiones vandálicas. Además de la Cova de la Clau, en 1992 sufrieron una agresión similar las pinturas rupestres de Benirrama, en la Vall de Gallinera, y las de Vallfiguera, en Chulilla. La Unesco declaró los abrigos de pintura rupestre al aire libre del arco mediterráneo como Patrimonio Mundial, y obliga a las administraciones públicas a su conservación y mantenimiento.
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