Profecías del futuro
Echar una ojeada al futuro significa ver cómo se diluyen las categorías en las que compartimentamos la realidad tecnológica. El desarrollo de la potencia de computación nos lleva ineludiblemente a la producción de formas de inteligencia artificial, que a través de la ingeniería genética nos acerca a los primeros genomas artificiales, los cuales no serían posibles sin los desarrollos de la biocomputación, cuyas bases de datos alojadas en Internet son accesibles de forma masiva gracias al crecimiento de la banda ancha. Las profecías tecnológicas, cuando fracasan, acostumbran a hacerlo no porque se cometa un error sobre cuándo estará disponible una nueva tecnología, sino porque no se acierta en la forma de uso de ésta. En estas páginas apuntamos algunos de los augurios más verosímiles que expertos de todo tipo han hecho sobre este futuro. Habrá que esperar a ver quién acierta, pero todos los vaticinios tienen una base sólida.
2012, los coches se comunican y escogen rutas
IBM realiza periódicamente unas predicciones para los próximos cinco años. En su última edición se fijaba en el desarrollo de la automoción y decía que para 2012 se producirá una "ola de conectividad" entre los vehículos y las autopistas, lo que permitirá un tráfico fluido permanentemente (y reducirá, consecuentemente, la contaminación). Los coches se comunicarán entre sí y elegirán rutas alternativas en el caso de que sea necesario.
Curiosamente, la previsión recuerda a la que Walt Disney hizo en un corto de animación sobre el desarrollo de las autopistas, aunque en este caso la previsión se hacía allá por los años cincuenta y para un futuro no muy alejado de aquel momento. Algunos piensan en autopistas donde la conducción sea automática y la velocidad la fije el coche.
2015, móviles 4G totalmente distintos
Según la consultora Gartner, dentro de sólo cuatro años (en 2012) el 50% de los trabajadores móviles dejarán en casa sus portátiles, que habrán sido sustituidos por otros dispositivos inalámbricos con idénticas o más prestaciones.
Para el año 2015, Tomi Ahonen, un consultor dedicado al sector de la telefonía, se aventura a prever la cuarta generación móvil (4G), en la que los terminales tendrán un zoom óptico de al menos 50 aumentos, sistemas de reconocimiento de voz capaces de traducir de un idioma a cualquier otro, y tanta capacidad de almacenamiento que podremos guardar de forma continuada lo que sucede alrededor de manera que podamos regresar a ello al instante: "¿qué fue ese sonido?", bastará ir al móvil y darle al replay.
Por supuesto, el terminal no tendrá botones y no nos lo colocaremos en la oreja. Las interfaces serán algo completamente diferente.
2020, 'software' con inteligencia artificial... casi humana
Año 2020. No todo es hardware.
El software es otra historia y quizá lleve otro paso. Si bien los desarrollos actuales del software se han centrado en programas orientados a la solución de problemas muy concretos, durante las próximas cinco décadas se desarrollará un software destinado a "la exploración sistemática del universo computacional de todos los posibles programas", según el físico teórico Stephen Wolfram, creador del programa Mathematica.
Y antes de llegar a ese punto, a medio camino, en el 2020, usaremos herramientas de inteligencia artificial que incluirán todos los procesos implicados en la inteligencia humana, según Ray Kurzweil, hasta el punto de que algunas máquinas serán capaces de superar el llamado test de Turing.
Ese famoso test plantea el diálogo entre un hombre y una máquina oculta a su mirada y verifica si la persona detecta que su interlocutor es una máquina.
2020: los PC simularán el cerebro
Si hay en computación una ley talismán ésa es la que el cofundador de Internet, Gordon Moore, enunció allá en 1965 y según la cual la capacidad de los procesadores se duplica cada 12 meses. Aunque ha sido revisada, lo cierto es que el desarrollo de la potencia de computación en los últimos 40 años hace ridículas las previsiones como la del presidente de IBM en 1943, Thomas Watson, quien pensaba que "hay un mercado mundial para unos cinco ordenadores", o la que Ken Olson, presidente de DEC, hizo unos 30 años después, cuando afirmó: "No hay ninguna razón por la cual alguien quisiera tener un ordenador en su casa". La cosa es ahora muy diferente y, dejando volar la imaginación, el inventor y futurólogo Ray Kurzweil espera que para el año 2020 la potencia de computación haya llegado al punto de ser capaz de simular el cerebro humano (que realiza unos 10.000 millones de cálculos por segundo). Lo mejor de todo, según Kurzweil, es que costará menos de 1.000 euros. Trazando un paralelismo, si los coches hubieran seguido el mismo ritmo, ahora tendrían las dimensiones de una tostadora, costarían 200 euros y alcanzarían una velocidad de 50.000 kilómetros por hora.
El desarrollo de procesadores según el sistema actual de litografía, sin embargo, tiene un límite, así que una de las vías con las que se elucubra para sobrepasar ese límite físico es la computación cuántica, ya que según Frank Wilczek, premio Nobel de Física en 2004, "aumentaremos nuestras capacidades convirtiendo la luz y el spin de los electrones en transportadores de información en estructuras autoensamblables, después de lo cual, máquinas con una inteligencia suprahumana serán corrientes".
2020, nanomáquinas
El sistema de producción de procesadores alcanzará en los próximos años unos límites que sólo mediante el desarrollo de la nanoingeniería podrán ser solventados. La nanotecnología era de hecho una de las cinco áreas identificadas en una encuesta entre 700 miembros del IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers). Dentro de poco más de una década, en 2020, "podemos ser capaces de desarrollar nanomáquinas que entren en nuestro cuerpo y encuentren y destruyan células cancerosas individuales sin dañar a las células sanas", según la previsión de un jefe de investigación de la multinacional Battelle Kevin Priddy. Más aún: las nanomáquinas podrían ser usadas para distribuir en partes del cuerpo muy localizadas determinados fármacos, para limpiar arterias o incluso para reparar daños.
2030, lo virtual y lo real se confunden
Si lo natural y lo artificial se funden, lo mismo ocurre con lo virtual y lo real. Las experiencias en los mundos virtuales y a través de simulaciones resultarán tan reales en unos años que parecerán la realidad misma.
De aquí a una década, los gráficos de los ordenadores tendrán tal grado de realismo que ya no seremos capaces de distinguir sin son reales o simulaciones; al menos es la opinión de los miembros encuestados por el Institute of Electrical and Electronics Engineers. El desarrollo de metaversos (metauniversos) como Second Life y otros juegos masivos por Internet encaja en estas previsiones.
El pionero de la computación Alan Kay cree que ese desarrollo de la simulación nos llevará a desarrollar nuevas formas de alfabetización basadas en la simulación, de manera que permitan experimentar verdaderamente lo que se aprende, por ejemplo: ¿cómo sería tu vida si fueras un vegetariano estricto?, ¿y si corrieses 16 kilómetros cada día?
El cofundador de Sun Microsistems, Bill Joy, cree que hacia el años 2030 se habrá desarrollado una tecnología que recuerde a la película Matrix, en la que una interfaz tridimensional entre humanos y máquinas pone en cuestión lo que llamamos realidad convencional.
Por ahí van otras de las 10 predicciones básicas de Battelle, una empresa que hace desde 1995 estas prospectivas. Nos maravillaremos por la realidad aumentada de la simulación, dicen, y gracias a sensores y a la tecnología genética, seremos capaces de implantar dispositivos que nos permitan oír mejor o ver más lejos.
2050, los robots se casarán
Uno de los temas recurrentes en la ciencia ficción, en las predicciones y en el imaginario popular ha sido el de los robots. Bill Gates se preguntaba en un artículo publicado en Scientific American: "¿Cuándo formarán parte de nuestra vida cotidiana los robots?", para seguidamente responder con algunos datos. Así, según la International Federation of Robotics, la cifra de unos dos millones de robots que había en 2004 pasará a siete millones este año. Y para indicio de cambios, la referencia de Corea del Sur. El Gobierno pretende introducir un robot en cada casa en el año 2013. Mucho más extrema es la previsión de David Levy, un científico del campo de la inteligencia artificial que el año pasado publicó un libro, titulado Amor y sexo con las máquinas, en el que hacía propuestas tan radicales como que en 2050 los robots podrán casarse, aunque antes de eso, dentro de unos 20 o 30 años, mantendrán conversaciones sofisticadas.
2050-2060, millones de ordenadores en una misma tarea
Internet probablemente siga pasando por los buscadores en el futuro, se llamen Google, o Microhoo! Peter Norving, director de investigación de Google, lo ve claro: dentro de unas cuatro décadas, allá por 2050, los buscadores se habrán transformado, de manera que "en lugar de teclear unas cuantas palabras en el buscador, la gente discutirá sus necesidades con un intermediario digital que le ofrecerá sugerencias y refinamientos en la búsqueda".
Pero quizá el cambio a gran escala venga de la transformación de Internet en un gran computador, un sueño con décadas de antigüedad y en el que confiaban mayoritariamente los 700 miembros del IEEE encuestados, para quienes la computación distribuida será uno de los logros que se alcanzarán en los próximos 50 años.
Esto es, poner a trabajar a los miles de millones de ordenadores que hay (o mejor, que habrá) en la Tierra en macroproyectos destinados a desarrollar vacunas contra el sida, simular reacciones químicas o identificar posibles señales inteligentes que lleguen desde el espacio, como ocurre con el proyecto SETI@home, paradigma de este modelo de computación.
Vida artificial a un paso
Del software a la inteligencia artificial, y para saltar de ésta a la vida artificial no hay más que un paso. Ya se ha elaborado el primer genoma sintético de un organismo vivo, un logro fundado en la computación masiva de datos genéticos, imprescindible para dar cuenta de su enorme volumen. De hecho, la capacidad para identificar y utilizar datos genéticos se dobla cada 12 o 24 meses, aproximadamente. Así que la vida artificial, construida a base de genómica y desarrollos basados en la biocomputación, es una consecución ineludible. "La idea de la biología sintética", dice el investigador de la Universidad de Berkeley Jay Keasling, "es hacer con la biología lo mismo que la electrónica ha hecho con el diseño de circuitos y la química con la síntesis de compuestos, es decir, desarrollar una ingeniería a partir de ella".
2060, trasplantes de animales a humanos
Vida artificial y vida natural reprogramada: órganos que se desarrollan en animales, por ejemplo en cerdos, para ser trasplantados a humanos. Definitivamente, lo artificial y lo natural pierden sus límites definidos (¿es natural un órgano creado a partir de células humanas que se desarrolla en un cerdo y es trasplantado después al donante original?). La producción ilimitada de órganos humanos sin necesidad de que otro humano haga de donante es para Bruce Lahn, un genetista de la Universidad de Chicago, ineludible: "Cuando un paciente necesite un órgano nuevo, un riñón, por ejemplo, el cirujano se pondrá en contacto con un productor comercial de órganos y le proporcionará el perfil inmunológico del paciente. El productor escogerá una serie de cerdos que porten el tejido de riñón adecuado, que serán de origen enteramente humano". Y esto dentro de menos de 50 años.
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