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Turbulencias en los mercados

Los grandes bancos británicos piden más liquidez a la autoridad monetaria

El supervisor bursátil despide al responsable de la vigilancia de Northern Rock

La crisis financiera ha hecho mella en los grandes bancos británicos que temen una marea de desconfianza, como ha sucedido con sus homólogos en EE UU. Durante la semana, los rumores sobre una crisis de liquidez en HBOS, el principal banco hipotecario del país, han acabado por contagiar los nervios al conjunto del sistema. Éste fue el trasfondo de la reunión que el jueves mantuvieron los cinco grandes -HSBC, Royal Bank of Scotland, Barclays, Lloyds y HBOS- con el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King. A éste le pidieron que infunda confianza y que garantice liquidez, en línea con la actuación del Banco Central Europeo (BCE) para la zona euro.

Ya no es sólo el caso del pequeño Northern Rock, la primera entidad que dio la voz de alarma en Inglaterra y en Europa al inicio de la crisis el pasado mes de agosto y que acabó nacionalizado por el Gobierno de Gordon Brown. Ahora es la gran banca la que se muestra inquieta, porque la crisis no acaba de cerrarse y nadie parece estar totalmente a salvo.

El Banco de Inglaterra mantiene los tipos de interés por encima del 5%
El préstamo de urgencia de 6.415 millones se prorroga hasta el 9 de abril

Hasta tal punto es así que el jueves el Banco de Inglaterra tuvo que renovar el préstamo de urgencia de 4.999 millones de libras (6.415 millones de euros) hasta el próximo 9 de abril. Ese día se reúne el consejo de gobierno del banco central británico para decidir si toca los tipos de interés.

Desde el estallido de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, el Banco de Inglaterra ha mantenido una posición casi neutral y sus responsables han abogado porque sea el mercado el que castigue los excesos cometidos estos años en las inversiones financieras. A diferencia de la Reserva Federal estadounidenes, apenas ha bajado los tipos de interés en este tiempo (del 5,5% al 5,25%, los más elevados en los países desarrollados). Ni tampoco ha inyectado ingentes cantidades de liquidez al mercado interbancario, como ha hecho el Banco Central Europeo. El banco central británico ha abierto el grifo (ha prestado 14.000 millones a las entidades británicas en su última subasta), pero no mucho.

"Hemos acordado continuar un diálogo cercano con el objetivo de restaurar de la forma más ordenada posible las condiciones del mercado", indicó el Banco de Inglaterra en un escueto comunicado tras la reunión.

El miércoles había sido un día de especulaciones y bulos interesados difundidos en los mercados, que se cebaron con HBOS y le provocaron un descalabro en Bolsa. Un portavoz del organismo emisor británico desmintió que el encuentro del jueves entre los bancos y King, concertado la semana pasada, se produjera a la luz de los rumores sobre la falta de solidez del sistema bancario británico.

Pero el encuentro en sí y la prórroga del crédito especial no dejaba lugar a dudas sobre el clima de inquietud. "Pedimos al Banco de Inglaterra que tome las medidas necesarias para dejar claro que tenemos bancos fuertes", declaró la dirigente de la Asociación de la Banca Británica, Angela Knight, para resumir las expectativas previas a la reunión, centradas en la demanda al gobernador para que dilatara el tiempo de los préstamos y que éstos se extendieran a una mayor variedad de activos.

Pesó en el encuentro la sesión bursátil de la víspera que, después de meses de turbulencias, estuvo protagonizada por la caída del HBOS, la principal entidad hipotecaria de las islas. Sus títulos perdieron el 18% de su valor en los mercados, y eso que la caída fue parcialmente mitigada antes del cierre a raíz de las advertencias lanzadas por las autoridades financieras.

La FSA ha abierto una investigación sobre la propagación de rumores interesados por parte de los especuladores, que han alimentado el nerviosismo entre los inversores. El consejero delegado del HBOS emitió asimismo un comunicado desmintiendo categóricamente las "especulaciones maliciosas e infundadas" sobre una crisis de liquidez de la entidad, similar a la que hundió al banco Northern Rock, que el Gobierno laborista de Gordon Brown decidió nacionalizar el pasado febrero.

La nacionalización fue la última de las decisiones que tomaron las autoridades británicas para salir en ayuda de ese banco. Dos meses antes, el Banco de Inglaterra hizo un préstamo extraordinarios al Northern Rock, con la aportación de 32.500 millones de euros.

La crisis de Northern Rock se lleva por delante a Clive Briault, responsable de la unidad de vigilancia de la banca comercial del FSA, quien accedió el jueves a presentar su dimisión "por consentimiento mutuo" como directivo del regulador bursátil. A Briault -quien se jubila prematuramente con una compensación de casi medio millón de euros y unos derechos de pensión que duplican esa cantidad- se le imputa no haber detectado los problemas financieros de la primera víctima europea de la crisis hipotecaria. Hector Sants, director ejecutivo del FSA, reconocía en una reciente comparecencia ante el comité del Tesoro de la Cámara de los Comunes los precarios mecanismos de control aplicados sobre Northern Rock.

Sede del Banco de Inglaterra, en Londres.
Sede del Banco de Inglaterra, en Londres.EFE

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