La independencia de Kosovo
Me parece un grave error que el Gobierno español se haya desmarcado de la línea aprobatoria de la mayoría europea, donde países como Francia o Alemania se han apresurado a reconocer al nuevo Estado y nación de Kosovo. El argumento de no reconocer a Kosovo para no alentar separatismos en España no sólo no es de aplicación, sino que es justamente lo contrario. Me explico. Los kosovares fueron atacados y diezmados por los países hegemónicos, como Serbia, de la antigua Yugoslavia, así que parece bastante lógico que deseen su separación de su antiguo verdugo.
Por el contrario, los asesinos en España, los únicos verdugos, son esa minoría asesina de vascos que masacran al resto de españoles y de los propios vascos. Rodríguez Zapatero ha perdido, además, una oportunidad de oro -amplificada por la coyuntura de la noticia de independencia kosovar- de explicar ante la comunidad internacional las radicales diferencias entre el caso Kosovo y el vasco.
Una lástima y un error, porque faltó tiempo para que la portavoz del Gobierno vasco estableciera el supuesto paralelo entre ambos casos, cuando se trataba de un antagonismo formal y lógico. Aun así, y vista la proximidad de nuestras elecciones, es preferible la mediocridad -hablo de la política exterior del Gobierno del PSOE- al fundamentalismo del PP.
