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La llegada del AVE a Málaga sirve como acto de desagravio a la ministra

Con ocho minutos de adelanto sobre el horario previsto, a 303 kilómetros por hora y sin incidentes entró ayer el AVE en la estación María Zambrano de la ciudad de Málaga (560.000 habitantes). El acto sirvió como desagravio de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, nacida en Málaga y reprobada la semana pasada en el Senado a cuenta de los problemas en las obras ferroviarias de la alta velocidad empantanadas en Barcelona.

Álvarez, escoltada ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por el jefe del Ejecutivo andaluz, Manuel Chaves, recibió todo tipo de halagos por su gestión. "Te pido que no te contengas y disfrutes", aconsejó Zapatero a su ministra. Chaves, que la tuvo como consejera durante 10 años, le recordó que "todas las rosas tienen sus espinas". Renfe prevé que 1,7 millones de viajeros utilicen en su primer año la nueva línea, que une Madrid y Málaga en dos horas y media.

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