Romero de Torres dispara las pujas
Las subastas en Madrid y Londres revalorizan la obra del pintor cordobés
La puja estaba ya en 400.000 euros. Dos compradores anónimos pugnaban a través del teléfono por hacerse con el cuadro Carmen de Córdoba, del pintor Julio Romero de Torres. Y, de repente, una mano se alzó en la segunda fila de la Sala Retiro de Madrid. Por 425.000 euros se llevó a casa ese coleccionista particular el lienzo de 96 por 130 centímetros. La subasta se celebró el miércoles 12 de diciembre y el precio de salida fue de 300.000 euros, una cantidad que se superó con creces durante la puja. Y no es la primera vez que ocurre. Julio Romero de Torres (1874-1930) se ha disparado en las subastas de arte nacional e internacional.
"El mercado está poniendo a Romero de Torres en su sitio", afirma sin vacilar Mercedes Valverde. Además de ser la responsable de los museos municipales de Córdoba, Valverde es la mayor experta en la obra del pintor. De hecho, es a ella a quien llaman las casas de subastas cuando quieren certificar si una pintura de este artista es verdadera o no. "Llevo un archivo desde hace 30 años en el que he acumulado ya información sobre 400 falsificaciones. Cuando muera, esos cuadros se intentarán volver a poner en el mercado, pero habrá constancia gráfica de que son imitaciones", afirma.
Valverde acreditó también la autenticidad de Fuensanta hace unos meses. Viajó hasta Argentina para inspeccionar este cuadro, que ilustró los billetes de 100 pesetas durante el franquismo y que llevaba décadas perdido. El lienzo que analizó Valverde se descubrió que era verdadero y la expectación previa que levantó la subasta de la obra en la sala londinense Sotheby's no defraudó a nadie. La venta se cerró el pasado 14 de noviembre en casi 1,2 millones de euros, la cantidad más elevada que se ha pagado por un romero de torres hasta la fecha. El precio de partida se había fijado por la casa de subastas entre los 600.000 y los 800.000 euros.
Están previstas otras dos subastas más de obras del pintor cordobés en Madrid para el martes 18 de diciembre. Semana Santa saldrá con un precio de partida de 150.000 euros en la sala Fernando Durán. Y Camino de bodas ha sido valorado en 200.000 euros en la sala Santiago Durán. Romero de Torres está de moda dentro y fuera de España.
Una conversación con Mercedes Valverde da mucho de sí. Tanto como para que esta investigadora tararee un pasodoble: "Julio Romero de Torres / pintó a la mujer morena / con los ojos de misterio / y el alma llena de pena". Valverde canta, pero luego, a renglón seguido, echa pestes sobre esa célebre letrilla. "Este pasodoble de Castellanos que estrenó Estrellita Castro está totalmente alejado del mensaje de su pintura", se lamenta Valverde. Y la verdad es que a la canción no le falta de nada. Tiene una "guitarra cantaora", unos cuantos "claveles rojos" y otro "clavel español", una "reja floría", un "bordao mantón", un "taconeo" y varias españas que lloran y veneran.
Tras su muerte, Romero de Torres se convirtió en un icono del panderetismo. "Incluso se le asocia al franquismo por el billete de 100 pesetas, cuando él murió en 1930", apunta Valverde, para quien esta ligazón es absurda, atendiendo a la biografía del artista cordobés: "Su familia era liberal, se consideraba republicana. Su padre daba clases de pintura gratis a los obreros en una logia masónica y al entierro de Romero de Torres acudieron 5.000 obreros tras el llamamiento de la Casa del Pueblo".
Romero de Torres es el "gran pintor de la Generación del 98", sostiene Valverde. "Era amigo de Valle-Inclán y de los hermanos Machado", recalca la investigadora. Pero, además, fue un artista que cultivó el simbolismo, el realismo social, el luminismo, el realismo mágico... Un creador que en su día estuvo en la vanguardia y al que la crítica ya ha empezado a reconocer como algo más que el pintor de la musa gitana. "El reconocimiento le llegó a partir de los años noventa -cuando murió la última de sus hijas, María- y su obra se abrió al mundo y los cuadros participaron en grandes exposiciones". Ahora, a Romero de Torres también le llega el reconocimiento de los mercados a través de las subastas en las que sus pinturas alcanzan cifras con muchos ceros a la derecha.
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