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Más de 2.000 coches arden en Valencia en 8 años

207 detenidos desde 2002 por quemar vehículos y contenedores

Tres cifras dan la dimensión de la quema de coches en Valencia. En cinco años de lucha policial ha habido 207 detenidos desde 2002 en la ciudad y desde 2000 han ardido más de 2.000 vehículos. De momento, 257 automóviles han sido ya pasto del fuego en lo que llevamos de año. Cuando la actividad crece, las fuerzas se suman. Un dispositivo especial de Policía Nacional y Policía Local persigue a los autores.

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¿Por qué se queman coches y contenedores en Valencia? La Policía Nacional considera importante subrayar que no es un fenómeno específico de esta ciudad. Los 207 detenidos en cinco años permiten extraer algunas conclusiones, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía (el concejal de la Policía Local, Miguel Domínguez, rechazó facilitar información de la quema de coches y del papel que los efectivos policiales locales desempeñan). Entre esas conclusiones, parece claro que no son un grupo organizado ni hay un perfil concreto. Se queman coches por venganza, por vandalismo, para estafar a las compañías de seguros, por piromanía o cualquier otro trastorno,; para ocultar huellas de otros delitos o porque indigentes ocupan vehículos abandonados durante meses.

Otra de las evidencias tras cinco años con una intensidad variable de esta actividad delictiva es la dificultad que entraña la detención de los autores. El fuego destruye el coche y con él las huellas de quienes hayan podido actuar. Atrapar a los autores es muy difícil. Los psicólogos advierten de la inexistencia de un único retrato de este fenómeno. Los vecinos son damnificados por partida doble, ya que en varios incendios se han visto afectados inmuebles. Ante el reto, la Administración autonómica y la local convierten el problema en arma arrojadiza y, lejos de proponer actuaciones, aprovechan para descalificar al Gobierno.

La policía reconoce la dificultad de luchar contra este delito. Quemar un coche es fácil y supone una opción certera de hacer daño. Es una propiedad que está en la calle y es vulnerable. Pero hay más, la cultura del fuego hace que se use más en determinados momentos que en otras ciudades como arma delictiva. Aún así, la Policía Nacional insiste en que no sólo pasa en Valencia y que las cifras no son exactas porque en la mayoría de los casos la acción se realiza contra un coche y por extensión, -porque hacía viento, tardaron los bomberos en llegar o se avisó cuando las llamas estaban muy extendidas-, acaba afectando a más vehículos.

La Policía Nacional descarta que existan grupos organizados. Sí hay menores que como un acto más de gamberrismo, y reforzados por el hecho de que la acción de quemar un coche o un contenedor tiene un reflejo mediático, queman vehículos o contenedores para destacar sobre el grupo. Las acciones son en la mayoría de los casos -excepción hecha del pirómano diagnosticado, que es responsable de un número escaso de los incidentes contabilizados- actos individuales que pretenden ajustar cuentas por droga, por despecho, por celos, por dinero; estafar al seguro; deshacerse de un coche viejo sin pagar por darlo de baja o destruir pruebas de un delito o de manipulación de los bastidores o placas.

El psicólogo y profesor de la Universitat de València Vicente Garrido explica que no hay un "perfil exclusivo del quemador de coches". El que actúa y se asocia a la piromanía siente "una gratificación emocional por crear y observar el fuego, junto a una psicología dominada por el resentimiento por agravios reales o fingidos", explica el también criminólogo y autor, entre otros, del libro La mente criminal. Este individuo, "en muchos casos estará divorciado o soltero, o en paro, y será calificado como un tipo raro", dice Garrido. El indigente con problemas mentales es otro perfil, junto al abuso de sustancias y "una vida errática", con ideas delirantes que ven en el fuego castigo, venganza o expiación. Los grupos son otra cosa. "Generalmente, son bandas de chicos sin futuro, antisistema, que protestan contra el materialismo", continúa Garrido. Un fenómeno de vandalismo urbano "orientado a la destrucción de la propiedad privada que se asocia mucho a la del Ayuntamiento, es decir, que no es de nadie en particular". De hecho, a la contabilidad siniestra de coches se suman papeleras y contenedores.

En el caso de las bandas de jóvenes "muchas veces existe una motivación lúdica, la búsqueda de sensaciones, de placer inmediato", añade Sofía Buelga, profesora de Psicología Social de la Universitat. Buelga recuerda a la banda de una quincena de jóvenes que se bautizó RSM -que significa Razonamiento siempre manda- y quemó numerosos vehículos en 2001. Se convocaban por Internet, estaban "muy bien organizados y se repartían los papeles. Uno tiraba la botella, otro tenía la cerilla...". No había fracaso escolar, ni familias desestructuradas. El entorno del grupo era de lo más normal. "Hacen falta más alternativas de ocio, porque ahí hay un vacío", anota la psicóloga.

Coches quemados el día 6 de noviembre en la calle del Músico Ginés, en Valencia.
Coches quemados el día 6 de noviembre en la calle del Músico Ginés, en Valencia.

COCHES QUEMADOS

- Una destrucción que no cesa. No hay año sin varios centenares de coches quemados en las calles de Valencia. Desde 2000 son más de 2.000. Ese año ardieron 300 y en 2001 otros 342. El número descendió en unas decenas los dos años siguientes y bajó de los 200 anuales en 2004 y 2005. El repunte llegó hace dos años, con 245 vehículos carbonizados y este año, aún por terminar, con 257.

- Los contenedores, otro objetivo del vandalismo. El mobiliario municipal, como las papeleras, y los contenedores de residuos, son otro objetivo de los pirómanos callejeros. Y no sólo en Fallas. Desde 2005 han ardido 1.364 contenedores de basura grandes, 450 desde enero.

- Reproches mutuos. El 'parte' diario de vehículos y contenedores destrozados por el fuego ha encendido la confrontación política entre el PP y el PSPV-PSOE. El concejal socialista José Luis Ábalos denuncia que el Ayuntamiento no ha reaccionado al repunte del fenómeno tras eliminar en 2004 un grupo especial dedicado a frenar la quema que reforzaba la actuación de la Policía Nacional.

- 207 detenidos. Desde 2002, el año más duro del fenómeno, en que se quemaron más de 500 coches, la policía nacional ha detenido a 207 supuestos autores en Valencia.

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