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Londres pierde en el correo los datos bancarios de 25 millones de personas

Hacienda extravía dos discos de ordenador con información fiscal reservada

El Gobierno de Gordon Brown se vio ayer sometido a la humillación política de convocar con urgencia al Parlamento para comunicar a la nación el embarazoso extravío de dos discos de ordenador de Hacienda en los que se habían copiado los datos de las 7,25 millones de familias que han pedido ayudas fiscales por sus hijos. En esos dos discos, que la policía cree que han sido extraviados pero no robados, se incluyen datos confidenciales de 25 millones de individuos, incluida la práctica totalidad de los niños del Reino Unido.

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El ministro del Tesoro, Alistair Darling, flanqueado por el Gabinete en pleno con el primer ministro Brown a la cabeza, explicó en los Comunes que en esos dos discos se incluyen "los receptores de ayudas y el nombre de sus niños, direcciones y fechas de nacimiento, los números de Ayudas a la Infancia, números de la Seguridad Social y, en los casos en los que es conveniente, los detalles de las cuentas en bancos y sociedades hipotecarias".

La clase política británica y la ciudadanía se han quedado perplejos al saber que esa ingente información, maravilloso botín para las bandas especializadas en suplantar la personalidad de ciudadanos inocentes para cometer fraudes a su nombre, ha circulado arriba y abajo en dos simples CDs. El ministro se vio obligado a admitir que ese trasiego se ha producido al menos cuatro veces, siempre contraviniendo las normas. La primera vez ocurrió en marzo pasado, cuando "un funcionario de rango menor" de Hacienda y Aduanas hizo llegar una copia de esos datos a la Oficina Nacional de Auditoría. Aunque este organismo tiene derecho a requerir los datos, el envío "no se hizo de la manera que se tenía que hacer". Una vez utilizados, el organismo auditor devolvió los datos, otra vez de forma irregular.

El pasado 18 de octubre, la Oficina Nacional de Auditoría (NAO, en sus siglas en inglés) volvió a pedir los datos para realizar diversas comprobaciones. Por tercera vez, esos datos se enviaron sin ningún control: mediante dos discos informáticos protegidos con códigos de seguridad pero enviados a través del sistema de correo interno de Hacienda y Aduanas -gestionado por la empresa privada TNT- sin certificar y sin que quedara registro del envío. Como los discos no llegaban, la NAO los reclamó de nuevo y por cuarta vez fueron enviados de forma irregular, aunque en esta ocasión al menos el envío se hizo por correo certificado.

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Aunque el paquete extraviado había salido de Hacienda el 18 de octubre, los altos cargos del departamento no tuvieron noticia del extravío hasta el 8 de noviembre. El ministro de Finanzas, Alistair Darling, no fue informado hasta el sábado 10 de noviembre. Aunque enseguida habló con Brown, Darling no denunció el asunto a la policía hasta cuatro días después, porque el lunes 12 le habían asegurado que se había reconstruido la ruta del paquete extraviado y que lo más probable es que este apareciera de inmediato. Pero aún hoy sigue en el limbo.

El responsable de Hacienda y Aduanas, Paul Gray, ha presentado su dimisión y el responsable del Tesoro pidió ayer disculpas a los 25 millones de británicos afectados. Darling explicó que no había informado al público hasta ayer porque los bancos querían antes prepararse y asegurarse de que hasta ahora no ha habido problemas y porque así se lo aconsejaron las autoridades. Darling aseguró que ningún particular perderá dinero si se cometiera algún fraude, e insistió en que no es necesario que las personas afectadas cambien sus cuentas bancarias y ni siquiera es necesario que se pongan en comunicación con sus bancos aunque sí es recomendable que presten especial atención a los extractos bancarios.

El ministro del Tesoro, Alastair Darling, junto al primer ministro Gordon Brown.
El ministro del Tesoro, Alastair Darling, junto al primer ministro Gordon Brown.REUTERS

Un Gobierno aún más acorralado

La crisis de ayer no sólo pone en aprietos al titular del Tesoro, Alistair Darling, sino a su antecesor en el cargo y actual primer ministro, Gordon Brown. Brown está en caída libre desde que al volver de las vacaciones de verano empezó a especular con la convocatoria de elecciones anticipadas, malbaratando así el capital político que había acumulado desde su llegada al 10 de Downing Street en junio.La violación de la privacidad de 25 millones de británicos le afecta no sólo porque ha estado 10 años al frente del Tesoro, sino porque fue él quien impulsó, en 2005, la fusión de Hacienda, hasta entonces el Inland Revenue, y el Departamento de Aduanas para formar el actual departamento de Hacienda y Aduanas. La crisis amenaza también con desprestigiar, quizá de forma decisiva, el proyecto del Gobierno de introducir el Documento Nacional de Identidad, como ayer recordaron los conservadores, que se oponen al DNI, entre otras razones, porque creen que viola la intimidad de los ciudadanos.Aunque la oposición no pidió ayer su dimisión, el extravío de los datos debilita aún más al canciller del Exchequer, Alistair Darling, que en las últimas semanas estaba ya acorralado por otra crisis, el colapso del banco Northern Rock. Darling, escocés como Brown y uno de los hombres de máxima confianza del primer ministro, llegó al Tesoro con fama de aburrido, pero con la garantía de ser lo que en política británica se llama "un par de manos seguras". Ministro desde hace años, ha desempeñado sucesivamente las carteras siempre bajo la sombra de Brown.

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