Sólo 10 años para Rafá Zouhier
El delincuente que puso en contacto a los terroristas con la dinamita se libra de una condena de miles de años
Rafá Zouhier, delincuente habitual, conoció al ex minero José Emilio Suárez Trashorras en la cárcel. Cuando salió en libertad, presentó a los terroristas que acabaron perpetrando el 11-M a su amigo de prisión, que podía conseguirles explosivos. Pese a que estos extremos quedaron acreditados en el juicio y algunas acusaciones y la fiscalía pidieron para él casi 40.000 años de cárcel al considerarle uno de los responsables directos del asesinato de 191 personas, ha sido condenado a 10 años de prisión.
"No hay prueba que permita sostener la existencia de una inducción a la comisión de los delitos por parte de Zouhier. En cuanto a su participación como cooperador necesario, para que ésta exista, es preciso que [el sujeto] haya contribuido con actos imprescindibles a la ejecución", señala la sentencia.
Los magistrados dan por probado que Rafá Zouhier actuó como intermediario en el tráfico de explosivos, pero en esta labor de mediación, el procesado era sustituido por otro y, además, la adquisición de explosivos a Suárez Trashorras tampoco era la única de las alternativas que tenían los miembros de la célula terrorista, explica la sentencia. Y sigue: "Está probada la intermediación en el tráfico de explosivos, pero como también se le acusa de suministro de explosivos en colaboración con una organización terrorista, es preciso delimitar si intervino en el suministro de explosivos con conciencia de que podían ser usados con fines terroristas. No consta que Zouhier conociera, siquiera en términos generales la acción criminal concreta que iban a llevar a cabo aquellos a quienes facilita el acceso a la dinamita. Pero sí, el radicalismo de Jamal Ahmidan y su banda, así como que el explosivo que consiguiera a través de su mediación podía ser empleado en acciones terroristas, en general".
Zouhier fue confidente de la Guardia Civil y llegó a denunciar el tráfico ilegal de explosivos entre la trama asturiana y otros delincuentes, sin mencionar específicamente a su amigo Jamal Ahmidan, El Chino. No lo citó en sus conversaciones con la Guardia Civil "ni una vez hasta después de los atentados".
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