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Cambio en Polonia

Satisfacción en Bruselas por el cambio

Bruselas recibió ayer con alivio e indisimulada satisfacción la derrota del partido Ley y Justicia en las parlamentarias del domingo, borrado de la escena por una opinión pública que en todos los sondeos mostraba una fe europeísta en las antípodas de la rancia desconfianza ante la UE de los hermanos Kaczynski.

"Confío en que a partir de ahora habrá una fructífera colaboración con el próximo Gobierno polaco", manifestó el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, mientras en el más politizado Parlamento Europeo faltó poco para que tiraran cohetes. "Es como si hubiese saltado un tapón que era una continua fuente de malestar", comentó una fuente europea.

En Bruselas se es consciente de que la llegada de un nuevo Gobierno de tinte liberal a Varsovia no tiene por qué significar el fin de las discusiones con Polonia, del mismo modo que las hay con cualquier otro país que defiende sus propios intereses, pero se espera un sustancial cambio de estilo y una mayor capacidad para llegar a acuerdos, algo que resultaba prácticamente imposible con los siempre recelosos Kaczynski. Parte de los problemas creados procedían de su purga de buena parte del antiguo servicio diplomático con experiencia en Europa. La primera señal sobre el nuevo clima es el anuncio hecho ayer de que el futuro Gobierno aceptará sin objeciones la Carta de Derechos Fundamentales a la que los Kaczynski habían agregado una salvedad por cuestiones de moral relacionadas con los derechos de los homosexuales.

"Es una buena señal para Europa. Uno siempre se alegra cuando un europeísta llega a una jefatura de Gobierno", dijo el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, un alemán que cree que "a partir de ahora las cosas irán mejor entre Polonia y Alemania".

Washington también puso buena cara a lo sucedido, aunque se abra ahora un periodo de incertidumbre y reacomodo. La Plataforma Cívica y su líder, Donald Tusk, se han comprometido a retirar los alrededor de 900 soldados polacos de Irak y no les agrada que haya otros 1.200 en Afganistán. También han anunciado que serán más duros que los gemelos con respecto al escudo antimisiles que Varsovia negocia con Washington.

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