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Reportaje:

Un 'puente' entre Teulada y Moraira

Mangado considera el auditorio que construye en La Marina Alta como su mejor obra

Miquel Alberola

El arquitecto Patxi Mangado está considerado por varios especialistas como el sucesor de Rafael Moneo. Mangado (Estella, Navarra, 1957) es el autor, entre otros proyectos, del pabellón de España para la Expo de Zaragoza de 2008, y hace poco más de un año recibió el encargo de proyectar un auditorio para Teulada. El reto era unir las dos realidades físicas del municipio, tender un puente entre Teulada y Moraira, dos núcleos urbanos que son uno mismo y cuyas relaciones no han estado exentas de tensiones. En ese sentido, el Ayuntamiento de Teulada eligió la parte más alta del término municipal para que la presencia del edificio estuviese repartida por igual entre los vecinos de la montaña y los del litoral.

Para Mangado, la ubicación es fundamental: "Lo único que tiene que hacer el arquitecto es interpretar el sitio con humildad"

Para el arquitecto, el sitio es fundamental. "Lo único que tiene que hacer el arquitecto es interpretar el sitio", subraya. Es una de las primeras lecciones que Mangado explica a sus alumnos de la Universidad de Harvard: "De lo único que se trata es de interpretar los sitios con humildad". "Interpretar lo que recibes, porque, como decía Mies [Van der Rohe] sobra imaginación y falta sensibilidad", remacha. Bajo esa premisa, se planteó convertir el edificio, más allá de las funciones propias del auditorio, en una referencia. A Mangado le gusta explicarlo así: "Es un mirador que desde Teulada mira a Moraira, o un punto de referencia que, desde Moraira, se ve en Teulada".

"Todo el edificio es relativamente terso, una forma bastante limpia, pero la parte de arriba", señala desde abajo, "es un espacio muy complejo e interesante con toda la geometría quebrada y abrupta". La organización y disposición de las piezas, según la explicación del proyecto, "sufre una auténtica transformación geométrica y espacial" hacia la fachada sur, orientada al mar. Éste es el elemento más singular y con más contenido del proyecto, y su profundidad obliga a leer la fachada "en tres dimensiones".

En términos metafóricos, recrea una playa pétrea que "desde la distancia, y con su profundidad, permite leerse fundida con el mar". En la práctica, esta "geometría profunda y quebrada", con un grueso enrejado vertical de hormigón, tiene por objeto evitar que los rayos del sol incidan de manera directa en el interior. "Es una estructura muy complicada", describe Mangado, "sin ningún pilar y sólo con un plano de vidrio. Todo está en vuelo y tiene otros voladizos que van formando quiebros en el interior".

El edificio, que según el alcalde de Teulada, José Ciscar (PP), estará terminado a finales de año, tiene 3.000 metros cuadrados en planta (casi 6.000 en total) y una capacidad en todas las salas para 1.000 personas. Se verá desde la distancia como un volumen recubierto de cerámicas azules 'a modo de escamas de pez". Se trata de la tradicional cerámica para recubrir las cúpulas de las iglesias en el Mediterráneo.

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"Cuando entras te encuentras con una explosión de geometría en los auditorios y en las zonas de mirador", transmite a la entrada. En su interior dispondrá de una sala principal para 700 personas, con el espacio dividido para poder utilizarlo de forma independiente. También tendrá otras dos salas para audición y ensayos, con capacidad para 60 y 80 personas, así como un espacio para exposiciones de casi 600 metros cuadrados. "Ésta no es una arquitectura caligráfica, como las que ahora todos los políticos quieren inaugurar porque son pura escenografía, sino que está muy basada en las geometrías cuadradas", se defiende.

Y lo teoriza: "La arquitectura se puede definir de muchas maneras, pero hay una que es real, porque además es muy disciplinar: llegar, cruzar y estar. Es una secuencia de llegar, cruzar y estar, algo de lo que ya no hablamos los arquitectos. Como se vive esta arquitectura de caligrafía y del espectáculo, ya no se habla más que de las fachadas. Ya nadie habla de los espacios interiores, que es lo mejor de la arquitectura". Mangado reivindica los "espacios perdidos", los que están alrededor, como lo que diferencia un proyecto con intensidad de otro que no la tiene. "Un auditorio tiene que ser bello, pero sobre todo tiene que funcionar acústicamente, porque la belleza arquitectónica tiene que estar ligada a su disciplina constructiva y su disciplina programática". Y en esos espacios, según el arquitecto, es donde "se puede jugar".

El arquitecto, hasta afrontar este trabajo, no había realizado un proyecto en el Mediterráneo. Con posterioridad, le surgió la oportunidad de diseñar el Palacio de Congresos de Palma de Mallorca, con 500 metros de fachada marítima. "El proyecto de Palma está muy basado en el de Teulada, que ha sido como un laboratorio", explica.

"La verdad es que cuando visito obras, incluso la del Pabellón de España, nunca he sentido la emoción que siento en la pieza de Teulada, que es veinte veces más pequeña que los edificios que estoy haciendo, quizá porque he trabajado con más libertad y frescura, lo que hace más atractivo el resultado", se sincera, y añade: "Para mí, es mi mejor edificio, lo digo honestamente".

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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