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Entrevista:Darío Villanueva | Académico

"El escritor ya no tiene ambición creativa"

El curriculum de Darío Villanueva (Vilalba, 1950) puede resultar apabullante y en su última línea figura su reciente nombramiento como miembro de la Real Academia Española (RAE). En estos días ultima un viaje a Estados Unidos para dictar un curso y ofrecer una conferencia en Harvard. Su larga experiencia como gestor en diversas instituciones educativas y culturales le convierten en un observador privilegiado.

Pregunta. La elección como académico conlleva la realización de una tarea concreta. ¿Conoce ya cuál será la suya?

"No se puede hacer de la educación un instrumento permanente de confrontación política entre partidos" "La Cidade da Cultura producirá los beneficios que han traído proyectos como el Guggemheim"
"Galicia tiene una doble cara, ensimismada y cosmopolita, y con esta última hemos ido a todas partes" "Ahora en todas las lenguas existe una literatura ligera, intrascendente, hecha para usar y tirar"

Respuesta. Como soy el último que llega debo aceptar el trabajo que me encomienden. Supongo que a la hora de elegirme han tenido en cuenta mi perfil que es el de un filólogo que cuenta con experiencia de gestión en lugares como la Red de Bibliotecas Nacionales y el Rectorado de la Universidad de Santiago. Además, a lo largo de mi carrera he tenido mucha relación con Iberoamérica.

P. Debe afrontar la RAE cambios sustanciales para adaptarse a los nuevos tiempos.

R. Es evidente que los nuevos tiempos implican cambios pero creo que ya se están produciendo. Hay que destacar que la RAE cuenta con la mayor base de datos sobre el español de todo el mundo. Además, la institución no sólo la forman los académicos ya que hay muchas personas que trabajan allí y que realizan una labor muy importante, como por ejemplo los investigadores.

P. Durante su trayectoria ha estado muy vinculado al mundo de la investigación. ¿Está bien resuelta la implicación entre universidades y empresas gallegas en esta materia?

R. A lo largo de los últimos años se ha avanzado mucho en este terreno y creo que aquí es donde se está jugando la pertinencia de la universidad en el siglo XXI. No se trata de desvirtuar el papel de la institución universitaria como fuente de conocimiento pero es fundamental avanzar hacia una mayor implicación entre universidades y empresas. En Galicia hemos sido pioneros con algunas iniciativas en esta línea pero aún se necesita más tiempo para que la cultura emprendedora se instale en la universidad y avanzar en el conocimiento mutuo.

P. La educación es un asunto que está de forma permanente en la polémica política ¿Sería necesario llegar a algún pacto para evitar las disputas partidistas?

R. Sí, considero necesario que se alcance algún tipo de acuerdo. No se puede hacer de la educación un instrumento permanente de confrontación política entre partidos y someterla a un continuo baile legislativo. Todos estamos de acuerdo en que el futuro de una sociedad está en la educación y, sobre todo, en lo que sucede en los primeros niveles.

P. ¿Hay motivos para que haya tanta preocupación por el futuro del gallego como indican algunas voces?

R. Es cierto que se perciben problemas para la transmisión del gallego a las nuevas generaciones a través de la familia pero no hay que olvidar que esta lengua vive un momento dulce si la contemplamos con perspectiva histórica. Además creo que existe un clima social muy razonable y equilibrado en cuanto a la convivencia entre el gallego y el castellano. Los gallegos siempre hemos visto ambas lenguas como propias y no veo que exista un cambio de actitud en las nuevas generaciones respecto a esto.

P. Hay una corriente de opinión que apunta a que la literatura gallega es sólo la que se escribe en este idioma y no incluye a los escritores gallegos que lo hacen en castellano. ¿Cuál es su opinión al respecto?

R. Para un filólogo la cuestión está clara. La literatura gallega es la que se escribe en gallego y también incluye a escritores de fuera que han utilizado esta lengua. Luego están los autores gallegos que escriben en castellano pero con temática gallega. Hay que recordar lo que le ocurrió a Valle-Inclán a quien el propio Castelao definió como el hijo de Galicia que más se parecía a esta tierra. Me parece inaceptable negar la galleguidad de estos escritores.

P. ¿Ocupa hoy la cultura gallega el papel que le corresponde dentro del panorama mundial?

R. Galicia tiene una doble cara, ensimismada y cosmopolita, y con esta última hemos ido a todas partes. La cultura de un pueblo tiene que reflejar sus características singulares pero al mismo tiempo tener la capacidad de abrirse a los demás para darse a conocer en el mundo. Estamos mostrando una gran creatividad en música, en artes plásticas, en la moda. Son productos exportables y lo mismo puede ocurrir con la literatura porque a través de la traducción una lengua con un porcentaje no muy grande de hablantes puede alcanzar una gran difusión.

P. ¿Está en un buen momento la literatura gallega?

R. En Galicia ahora tenemos más escritores, más lectores y más empresas editoriales que nunca, además hay crítica e investigación literaria y también traducciones a otros idiomas. Estamos obteniendo éxitos continuos en campos como la literatura infantil, incluso en el extranjero. Los problemas son los mismos que tiene hoy la literatura en todas partes. Ahora en todas las lenguas del mundo existe una literatura ligera, intrascendente, hecha para usar y tirar. El escritor ya no tiene ambición creativa y se convierte en un operario más de esa factoría industrial que tiene que alimentar a la máquina con originales que están concebidos para que duren el tiempo necesario para rentabilizar la inversión. Hoy en día las novelas que hace dos o tres años tuvieron su momento de gloria han desaparecido del mapa, ya no se reeditan. Son obras que se han quemado en unos meses de ventas. Es una literatura posmoderna en el sentido más peyorativo de la posmodernidad.

P. ¿Existe público para el gran número de libros en gallego que se publican cada año?

R. Creo que ha cambiado mucho la percepción de la literatura en los últimos tiempos respecto a lo que era la relación tradicional entre el público y la obra literaria. La mediación industrial es muy potente. Las tiradas de los libros son muy altas y se aplican criterios de rentabilidad que responden a criterios puramente economicistas. Eso hace que al final la creación literaria se convierta en una materia prima y apenas sea más importante que el papel. El escritor ya no es libre para expresar lo que quiera sino que tiene que acomodarse a esa pseudoliteratura que en el momento se considera más rentable. Por eso ahora nos encontramos con oleadas de novelas históricas, de conspiraciones, esotéricas. Cuando se desgasta un modelo se recurre a otro. Antaño la creación era lo sustantivo hoy en día no lo es, lo importante es el aparato industrial que rodea a la literatura. Por fortuna, siempre nos quedan los clásicos.

P. ¿Es posible convertir en un proyecto rentable a la Cidade da Cultura?

R. El proyecto ha superado el punto crítico del despegue y esta descartado que se pueda abortar la operación porque entonces la Cidade da Cultura quedaría convertida en un monumento perenne al fracaso, la ruina y la incapacidad. Creo que todavía es reconducible aunque lo ideal hubiese sido diseñar un proyecto de actividad convincente y sostenible. Ya no es tiempo de estudios y propuestas sino de tomar decisiones sobre la funcionalidad de la Cidade da Cultura y ahí debe de primar un criterio de sostenibilidad. Estoy convencido de que producirá los beneficios que han traído proyectos similares, como es el caso del Guggemheim de Bilbao. Hay que encontrar un conjunto de actividades que no consuman los recursos que tanto el sector público como el privado deben de aportar a la cultura en Galicia para evitar que se descapitalice la actividad cultural en el conjunto del país.

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