"Mi hijo es inocente"

Medio centenar de personas se concentró ayer frente a los juzgados de Sevilla para pedir la libertad de Javier Cid, de 21 años. El joven está en la cárcel desde marzo, condenado a siete años de prisión por dos robos con intimidación y uso de armas en los que obtuvo un teléfono móvil, cuatro euros y un vale del Burger King. Sus amigos y familiares aseguran que el joven es inocente.

El 24 de febrero, un chico y una chica, ambos de 13 años, fueron atracados por un hombre armado con una navaja. El escaso botín consistió en las cuatro monedas y el vale descuento de la hamburguesería. Apenas 10 días después, la chica fue atracada de nuevo en el mismo lugar, por el mismo hombre, que esta vez huyó con su teléfono móvil.

En el primer atraco, Cid ofreció como coartada haber estado instalando un aire acondicionado en casa de una policía nacional. La mujer testificó a su favor. En el segundo atraco, Cid contó que estaba en la peluquería. El mismo peluquero declaró a su favor, así como numerosas personas que aseguran haber estado con él.

Otras tres personas testificaron haber escuchado a un vecino del barrio, físicamente parecido al acusado, vanagloriarse de que otra persona estaba en la cárcel por los atracos que él había cometido. Tales testimonios fueron desestimados porque "no están ausentes del requisito de incredibilidad subjetiva por venir prestados por amigos o conocidos del acusado", según el escrito de la sentencia.

La condena se basó en la identificación -en fotografías y rueda de reconocimiento- de Cid por parte de los menores atracados y en que sus relatos son "precisos, contundentes, constantes desde el inicio de las actuaciones y creíbles". El condenado presentó un recurso en la Audiencia provincial de Sevilla, que ratificó la sentencia. Cid y su familia reivindican su inocencia y pedirán la próxima semana el indulto al Consejo de Ministros, ya que consideran la condena "injusta" y, en todo caso, "totalmente excesiva".