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Crónica:FIRA DEL TEATRE DE TÀRREGA
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Braakland', un pretencioso ejercicio en tierra de nadie

Braakland, de los holandeses Compagnie Dakar, pintaba como el montaje estrella de la Fira por lo inusual de sus características: 50 minutos de duración, que se alargan hasta 160, según la organización, por la excursión de ida y vuelta en autocar hasta un descampado enorme situado a unos kilómetros de Tàrrega. El espacio de la representación es importantísimo, según su directora, Lotte van den Berg (1975), para captar el alcance del espectáculo porque otra condición imprescindible es que los espectadores lo vean desde una cierta distancia sin contaminación acústica ni visual. Basado en las novelas del escritor surafricano J. M. Coetzee -en concreto tres: Vida y época de Michael K, La edad de hierro y Desgracia-, Braakland es un pretencioso ejercicio de esquematización de unos personajes reconocibles para quienes conozcan al dedillo la obra del Nobel surafricano. Sus acciones (cavar una fosa, estrangular al de al lado, echar una meadita, ir de un lado a otro) se realizan sin texto ni música, ni motivación alguna; es decir, sin el envoltorio literario de su autor -y que sirve para explicarlos- en medio de esta tierra de nadie. Lo mejor, sin duda, el espacio en sí, la vastedad de unos campos que al anochecer se citan con un cielo infinito y tornasolado. Pero no hay más. Con todo, hubo gente que salió entusiasmada. Todo son puntos de vista.

El entusiasmo fue mucho más unánime en Malgama, el montaje de los andaluces Varuma Teatro. Definido por ellos mismos como "circontemporáneo y compás", Malgama, como su título sugiere, es un espectáculo de fusión entre el flamenco y las artes circenses. Un guitarrista flamenco, una cantaora y una bailarina ofrecen el compás a las ejecuciones de una trapecista, una pareja de malabaristas y un clown dando como resultado un conjunto de escenas irregulares pero apasionadas, en las que el brío de la compañía va a más y destacan muy por encima del resto los juegos malabares al ritmo del flamenco.

Otra amalgama de muy diversa índole es la protagonizada por la francesa Valérie Bournet-Car, la única intérprete de La historia de amor de Romeo y Julieta de la Compagnie Philippe Car. Asistida en escena por dos personas más, esta mujer-orquesta se encarga de representar en castellano todos los personajes de la obra. Tremendamente ingenuo en su concepción y bastante cargante en su desarrollo, cuenta sin embargo con momentos de gran plasticidad y algunos recursos ingeniosos.

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