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Reportaje:Un año de averías, huelgas y atascos

Y cuando volvió la luz, llegó el insomnio

Numerosos vecinos seguirán sin dormir hasta el martes, cuando se retiren los generadores

Doscientos metros antes de llegar a casa de María ya se puede oír el ruido. A esta joven de 28 años le ha tocado vivir un verano atípico en Barcelona. Primero se quedó sin luz. Y cuando la recuperó, llegó el insomnio.

María Gómez vive en un entresuelo en el barrio de Maragall, en donde se quemó la subestación eléctrica. La semana pasada Fecsa-Endesa instaló, a sólo cinco metros de su casa, uno de los 156 generadores móviles que la compañía eléctrica ha dispersado por toda la ciudad para dar suministro a casi 20.000 clientes. "Pasé cuatro días sin luz, sin agua caliente y sin poder cocinar. Y luego encima me pusieron esto justo debajo de mi casa. Ahora tengo luz, pero no puedo dormir", relata María.

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Son las 11 de la noche del martes. El generador vomita un ruido ensordecedor que vulnera la normativa que regula la contaminación acústica en Barcelona. Hace unos días la Guardia Urbana acudió a la llamada de María para realizar una medición de decibelios. Marcaba 79. La ordenanza de la ciudad prohíbe los ruidos superiores a 65 decibelios de día y 55 de noche. "Los agentes se negaron a subir a mi casa porque, según dijeron, no entra entre sus competencias", afirma la joven.

La ventana que comunica el salón con la calle tiene doble cristal. Cuando está cerrada no se oye nada en el interior de la casa. Pero el calor se hace insoportable y pasados unos minutos hay que abrir la ventana. Entonces el ruido lo vuelve a invadir todo. "La primera noche no pude pegar ojo. Incluso cogí el colchón y me acosté contra la puerta de la entrada. Pero fue inútil", cuenta la joven.

María ya ha empezado a organizarse. Dice que no se conforma con los 300 euros de indemnización que le da Fecsa por aquellos cuatro días en los que estuvo sin electricidad. Ha intentado convencer a sus vecinos para presentar una reclamación conjunta, pero lamenta que muchos de ellos se hayan contentado con el dinero que les ofrece la eléctrica.

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Dentro de lo que cabe, María es más afortunada que otros miles de ciudadanos en su misma situación. Hace ya algunas noches que duerme con su hermana, a sólo unas calles de su casa. "Lo triste es que en mi bloque viven muchos ancianos. Los ves deambulando a todas horas por la calle, sin saber qué hacer, porque dentro de casa no pueden estar por el ruido", explica la joven, que dice: "Lo más desesperante de todo esto es no saber cuándo acabará".

A María la respuesta le llegó ayer mismo a través de la Generalitat. El Departamento de Economía informó de que el próximo martes Fecsa-Endesa desconectará "la práctica totalidad" de los generadores. De hecho, el Gobierno catalán aseguró que ya se han retirado unos 40 de estos grupos electrógenos.

Sin embargo, parece que la plena normalidad tardará en recuperarse. Las lluvias registradas ayer en la provincia de Barcelona causaron cortes de luz en los núcleos de L'Hospitalet de Llobregat y Molins de Rei. Fecsa instaló un generador para restablecer el suministro que provocó las protestas de los vecinos, informa Sònia Quer.

Un portavoz de la eléctrica aseguró que el grupo electrógeno sería retirado por la noche.

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