El puerto de Barcelona ganará 18 hectáreas al mar para aumentar su actividad
Catalana de Infraestructuras construirá una línea de atraque en el muelle de inflamables
El puerto de Barcelona, que necesita crecer para hacer frente al incremento del tráfico marítimo, ganará 18 hectáreas al mar, junto a la parte del muelle de inflamables que se conoce como Zona Delta. Además de aumentar la superficie operativa, el proyecto permitirá la construcción de un nuevo muelle de atraque para grandes barcos que transportan mercancías y pasajeros entre países cercanos. Pilotará el proyecto, que requerirá una inversión de 36 millones de euros, una nueva empresa creada por la Autoridad Portuaria y la firma Catalana d'Iniciatives.
"Cada vez hay más comercio. Los barcos serán más grandes y habrá menos escalas. Sólo los grandes puertos podrán atraerlos. Crecer es la única opción que tenemos", enmarcó ayer la operación el presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Jordi Valls.
En el contexto de la ampliación del puerto -que intenta convertirse en un gran centro euromediterráneo de conexiones logísticas (un hub)-, la transformación de la zona de inflamables lleva tiempo barruntándose en los despachos de la Autoridad Portuaria.
Hace cosa de un año, el Puerto ya negoció con las empresas que tenían una concesión en esa área para que renunciaran a ella. Valls explicó ayer la solución que se ha encontrado para llevar a cabo sus planes "en lugar de los problemas que siempre supone rescatar una concesión".
El nuevo planteamiento ha sido buscar un socio financiero -la sociedad de capital riesgo de capital público y privado Catalana d'Iniciatives-. Juntos, la Autoridad Portuaria y esta sociedad han comprado Muelles y Espacios Portuarios (MEPSA), la empresa concesionaria en el muelle de inflamables, con una superficie de 49 hectáreas, donde efectúan actividades operadores de inflamables como Meroil, Quimidroga y Gas Natural.
MEPSA -hasta ahora propiedad de Dragados-ACS, la constructora OHL y las catalanas Clateco CVS Ingenierías y Construcciones Rubau- se adjudicó las obras de ampliación del muelle de inflamables hace una década, a cambio de una concesión para explotar durante 29 años la mayor parte de una serie de terrenos que en su día fueron ya ganados al mar.
Operadores de inflamables
La Autoridad Portuaria no tiene intención de modificar en absoluto la presencia de los mencionados operadores de inflamables que están en el muelle, porque generan tráfico marítimo y tienen previstas importantes inversiones. Estas empresas, que continuarán con sus contratos de arrendamiento, se concentran en la franja norte de la zona bajo la concesión de MEPSA, la llamada Zona Delta 1. Sin embargo, en la franja sur o Zona Delta 2 hay áreas de actividad logística y otras no ocupadas sobre las que el Puerto planea actuar.
"Todavía debemos definir su transformación", afirmó Valls. Pero el presidente de la Autoridad Portuaria apuntó la posibilidad de que se instale en esta área una terminal de contenedores y, sobre todo, la de potenciar el atraque de barcos de Short Sea Shipping. Se trata del tráfico de corta distancia de mercancías y pasajeros transportados por mar entre puertos situados en distintos países de un mismo continente o entre puertos, por ejemplo, europeos y otros situados en países no europeos cuya costa dé a alguno de los mares que rodean Europa. La UE quiere promover este tipo de tráfico para descargar de saturación las infraestructuras de transporte terrestre. Además, junto a la zona sur o Delta 2 se ganarán 18 hectáreas al mar.
"El proyecto creará empleos e incremento de actividad para la economía catalana", subrayó Rafael Suñol, vicepresidente ejecutivo de Catalana d'Iniciatives. La nueva empresa que ha creado Catalana junto a la Autoridad Portuaria para abordar la operación, y que será propietaria de todas las acciones de MEPSA, se llama Catalana de Infraestructuras Portuarias. La firma de capital riesgo tiene el 51% de esta nueva empresa y coloca a Suñol como su vicepresidente. El Puerto controla el restante 49% y pone a Valls como presidente.
"Se trata de sacar mayor rentabilidad a una superficie ubicada en un espacio estratégico para nosotros", apuntó el presidente de la Autoridad Portuaria. Antes de iniciarse las obras de ampliación del puerto, el muelle de inflamables se hallaba en una zona de aguas no abrigadas que impedían a los barcos atracar. Pero al prolongar el Dique Este y al construir el Dique Sur, el muelle en cuestión ha quedado protegido del mar abierto. El Puerto explicó ayer en un comunicado que esta nueva circunstancia "permitirá desarrollar allí una terminal apta para acoger la operativa de los barcos".
La nueva infraestructura quedará situada junto a la bocana Sur, ubicación que contribuirá a hacer "más ágil" la entrada y la salida de las embarcaciones, con una "excelente" conexión con la red viaria y ferroviaria.
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