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Tras la batalla electoral

Gallardón llama delegados a los concejales de gobierno

Jesús Sérvulo González

Los miembros de la Junta de gobierno del Ayuntamiento de Madrid se llamarán "delegados" y no consejeros como había propuesto el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. El regidor desveló ayer, tras la reunión de la Junta de gobierno, una de las incógnitas que más polémica había suscitado con la Comunidad de Madrid en el inicio del nuevo mandato.

El alcalde había sugerido tras las elecciones del pasado 27 de mayo que los cargos que tengan responsabilidad de gobierno se llamasen "consejeros delegados", "consejeros municipales", o simplemente "consejeros" en lugar del nombre que han recibido durante siglos: concejales. Su idea era aunar en una misma denominación los cargos electos y los no electos del Gobierno municipal. En la próxima junta sólo habrá un miembro que no ha ido en la lista electoral, Alicia Moreno, responsable de Cultura. El resto, ocho concejales, figuraban en la candidatura de Ruiz-Gallardón.

La propuesta que hizo el regidor se topó con la oposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Alegaba que tal denominación podría confundir a los ciudadanos, porque los miembros de su equipo de gobierno son ya consejeros.

Miembros no electos

El alcalde argumentó ayer que "el nombre de delegados cumple a la vez las condiciones de diferenciar a los miembros del Ejecutivo municipal de los del Legislativo -los concejales que componen el pleno- y de este modo también se evita la confusión" con los consejeros regionales.

Poco después del anuncio de la nueva nomenclatura, el vicepresidente regional en funciones, Ignacio González, declaró que la denominación de "delegados" le parece "entendible porque no genera confusión", pero que lo "mejor sería llamarles concejales".

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El nuevo nombre de los concejales es un paso más en el proceso de reducir las competencias del pleno del Ayuntamiento, que siempre aunó los poderes legislativos y ejecutivos. Un sistema que se diferenciaba de la Comunidad de Madrid, donde la Asamblea sólo tiene competencias legislativas y el Gobierno regional, las ejecutivas.

Desde que Ruiz-Gallardón llegó al Ayuntamiento, en 2003, ha ido vaciando de competencias al pleno, que ha absorbido la Junta de gobierno. Un ejemplo es el proceso de ejecución del gasto, que antes se debatía en el pleno. Las adjudicaciones de concursos y proyectos recaen ahora en el equipo de gobierno, que también controla todo el procedimiento urbanístico. Al pleno sólo le corresponde la aprobación definitiva de los planes. En definitiva, la junta propone y elabora los proyectos y el pleno los aprueba.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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