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La situación tras las elecciones

IU refuerza su presencia en el gobierno de Sevilla

Lourdes Lucio

El PSOE e Izquierda Unida cerraron ayer un pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Sevilla que garantiza la reelección como alcalde del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín y en el que la federación sale, aparentemente, reforzada al obtener más áreas de gobierno. Esta buena noticia para los socialistas sevillanos se vio empañada por el rebrote de las diferencias internas.

Según el acuerdo, IU dirigirá cinco delegaciones (ahora tenía tres) -Economía y Empleo, Participación Ciudadana, Juventud y Deportes, Infraestructuras para la sostenibilidad y Relaciones Institucionales-; la primera y quinta tenencia de alcaldía; tres distritos (aumenta dos)-; y tendrá uno de los tres delegados no electos que permite la ley de grandes ciudades. Los tres concejales de IU sumarán sus votos a los 15 del PSOE frente a los 15 obtenidos por el PP.

Para el alcalde en funciones la reedición del acuerdo con IU es "el éxito de lo pactado hace cuatro años". Según su análisis, los ciudadanos han respaldado la gestión de los dos partidos de izquierda ya que ambos suman más votos que el PP que, no obstante, fue el que más papeletas sacó. "Es un gobierno cohesionado y fuerte", dijo Monteseirín. "Buscamos consolidar el giro social de 2003 y el modelo de ciudad", aseguró el portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, quien reiteró que se trata de un "preacuerdo" a falta de que lo ratifiquen los militantes en asamblea.

Al PSOE de Andalucía le urgía cerrar cuanto antes este acuerdo ya que considera que tendrá un efecto dominó en otras capitales como Córdoba y Jaén.

Amago de crisis

Pese a los buenos resultados electorales cosechados en Sevilla, la situación interna en esta agrupación vivió ayer un rebrote de sus cíclicas crisis. El vicepresidente de Cajasol, vocal de la ejecutiva regional y ex secretario general del PSOE de Sevilla, Luis Navarrete, acusó a la dirección provincial de actuar de manera "sectaria". "[La ejecutiva] está rota, es incapaz de dirigir al conjunto del partido y ha protagonizado una campaña caracterizada por una descoordinación total", afirmó a Europa Press. Estas declaraciones no están motivadas por las urnas -el PSOE mejoró en votos, concejales y alcaldías en la provincia-, sino por las luchas de poder en la agrupación que ya vivió un congreso dramático en el que resultó elegido secretario general José Antonio Viera con el apoyo de una mayoría muy heterogénea.

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Las formas en la elección del candidato a la presidencia de la Diputación-se convocó una ejecutiva sorpresiva el lunes que acabó a las once de la noche- ha sido la excusa de este amago de crisis.

Navarrete aseguró que "hay "malestar" en el PSOE sevillano, "gente maltratada" y no hay "una dirección fuerte que sepa dirigir el partido para que respire la gente".

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