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Reportaje:El candidato en su salsa | Elecciones 27M

La partida de póquer de Sabanés

La candidata de IU, conservadora cuando juega a las cartas con sus amigas, disfruta en las librerías y en el Rastro

"¡No voy!". Inés Sabanés, reticente al riesgo, no va. La candidata de Izquierda Unida a la presidencia madrileña es "conservadora". "Pero sólo cuando juego al póquer", aclara. Unas "timbas" nocturnas con sus amigas de Palomeras, su barrio de Vallecas. "Resultan muy relajantes", dice. Y además, incluyen merienda, o cena. El momento elegido para sentarse a una mesa camilla y mirar de reojo al adversario con la cara más inexpresiva posible son los fines de semana: "A diario no puedo hacer nada, tengo todo ocupado", explica sentada en un pupitre de la librería Muga.

Sabanés confiesa que no es "muy buena" con los naipes, pero que se divierte. Y eso que no juega grandes cantidades de dinero, "sólo cifras simbólicas". Parece que a la ex responsable municipal de la coalición de izquierdas le da algún apuro hablar de su afición por las cartas: "Juego sólo de vez en cuando y soy muy mala", insiste disculpándose. A Sabanés, muy segura hablando de política y con los deberes siempre muy bien hechos en su tarea opositora, se le aprecia una cierta timidez a la hora de hablar de su vida privada. "Es difícil deslindar la actividad profesional de la vida personal, pero yo lo intento y procuro ser una persona normal", explica. "No me gusta tener la sensación de que estoy haciendo teatro", repite.

"Me apoyé en una gran foto mía en el metro y me miraban todos los del andén de enfrente"

La candidata de IU mantiene una relación "típica de escalera" con sus vecinas de bloque, usa el transporte público con frecuencia, y le da "bastante corte" que la reconozcan por la calle. "Una vez estaba apoyada en la pared en el andén del metro y me fijé en que los de enfrente me miraban. Al principio, no me di cuenta, pero después me percaté de que estaba apoyada en un enorme cartel con mi foto. Me dio mucha vergüenza".

También se siente incómoda y "fuera de lugar" en los actos protocolarios en sitios "de moda". No le gusta la afectación. Tampoco termina de encontrarse en su sitio cuando "los chicos de las juventudes me sacan a los bares que ellos frecuentan de habitual".

Las sesiones de póquer han quedado clausuradas en campaña. Sabanés pasa distraída las páginas de Corazón de hielo, el último libro de su íntima amiga Almudena Grandes. A Sabanés le gustan los libros. Le gusta toquetear los lomos de los volúmenes. Y le gusta organizar cosas en la librería vallecana Muga. Actos, agitación. Cuchichea con los dueños del establecimiento y cierran una cita. También le gusta la charla y la música. O ir al cine. También los viajes. Otra de sus actividades favoritas es recorrer el dédalo de puestos callejeros del Rastro los domingos. Pero, como casi todo lo que le gusta, "puedo hacerlo muy pocas veces".

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Con sus hijos, ya mayores, se lleva bien, aunque "pasan de sus padres, como todos a su edad", apostilla. A veces, eso sí, la reclutan para ir de compras al centro.

Su lugar favorito de la ciudad es el parque "de las tetas", en Vallecas. Ese parque tiene otro nombre, "pero nadie se lo sabe". Le trae a la memoria cuando sus hijos eran pequeños y los llevaba por ahí a corretear con su compañero, la persona en la que más confía. ¿De quién se fía en política? La respuesta es menos inmediata: "De mi equipo".

Los reportajes de esta serie con Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, ambos del PP, no se han podido realizar porque ambos se han negado.

Inés Sabanés, en la librería Muga de Vallecas.
Inés Sabanés, en la librería Muga de Vallecas.LUIS MAGÁN

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