La empresa catalana Doga abre una fábrica en Shanghai

La compañía catalana Doga, dedicada a la fabricación de limpiaparabrisas para autobuses, ha decidido desembarcar en China con la construcción de una nueva factoría que entrará en funcionamiento a finales de año. En un contexto en el que la industria asiática, con mano de obra mucho más barata que la europea, ha llevado al cierre a muchas compañías catalanas, Doga pondrá una pica en el principal foco de esta competencia.

Doga, una empresa familiar fundada en 1958 en Abrera, invertirá seis millones de euros en la construcción de la nueva planta, con la previsión de que para el año 2010 ya genere por sí sola un volumen de negocio de ocho millones de euros. El centro se ubicará concretamente en la localidad de Nantong, al norte de Shanghai, y contará con una plantilla inicial de 25 personas, aunque el objetivo es alcanzar los 130 trabajadores en tres años.

"Entraremos en China para abaratar la producción, para entrar en el mercado local y como plataforma de compras para toda la organización", explicó ayer el director general de la compañía, Toni García Coma.

Multinacional "de bolsillo"

El salto a gigante asiático no ha resultado sencillo. Doga se había propuesto comenzar a fabricar limpiaparabrisas en China en 1999, pero tras varios intentos fallidos de crear alianzas con proveedores locales, la empresa decidió a principios del año pasado construir su propia fábrica. La consultora China Consultants ha desarrollado este proyecto para la compañía catalana.

Se trata de una empresa ya muy internacionalizada, lo que el Gobierno catalán ha dado en llamar muchas veces "una multinacional de bolsillo". Doga tiene presencia en más de 70 países y cerró 2006 con unos ingresos de 72,5 millones de euros. La nueva planta de China se unirá a las que ya tiene en Abrera, Navarra, dos adquiridas en Italia y una que abrió en Brasil en el año 2001. Además, cuenta con filiales comerciales en Francia y Estados Unidos. En total, la empresa da trabajo a 750 personas.