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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pintura domesticada

Una cosa está clara. Ferran García Sevilla ha conseguido que se reconozcan sus cuadros. Y eso ya es algo. Pero por más que intente reconducir su trabajo hacia la abstracción propia de cierta técnica de goteo, algo se le cruza en su camino, una rivalidad que le confina en el plano de sus primeros trabajos, hacia los años setenta y ochenta: su visión osada de la pintura. Él, y sólo él, correría un tupido velo sobre su pasado.

Las obras de mediano y gran formato que presenta en la Joan Prats, cinco años después de su última exposición individual en Barcelona, son una gran maraña de pintura arrojada, una desintegración de colores monótona y sin dirección, menos líquidos, también menos violentos y paranoicos, ahora reducidos a los motivos básicos de catenarias, formas oscuras simétricas, regueros cromáticos y una menor verticalidad, con la consiguiente ausencia del "proceso", rebajando y desublimando el espejismo de la pintura. ¿Es un signo de que García Sevilla se ha rebelado definitivamente contra la evasión, como método, para ir en busca de la imagen sentida, de la línea, extremadamente más eficaz a la hora de acabar con cualquier expresión?

FERRAN GARCÍA SEVILLA

Galería Joan Prats

Rambla de Catalunya, 54 Barcelona

Hasta el 28 de abril

Celebración y angustia

de la pintura conviven en esta nueva precipitación de residuos y pistas de un cuerpo que ya nunca recuperará ni su tensión ni su integridad. Quizás sea el síntoma del primer paso hacia el aprendizaje de la renuncia, hacia la domesticación (¿pintura doméstica?), ahora que las creaciones sobre lienzo, y mejor si son grandes formatos, vuelven a cobrar valor en un cierto tipo de mercado más directo, entre galerista y cliente. Cualquiera que sea la razón, el pintor mallorquín (1949) parece dar rienda suelta a sus propios deseos erigiéndose en un autor decorativo. El resultado: un envenenamiento de la voluntad.

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