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Reportaje:Universidad

El riesgo de quedarse atrás

Los investigadores aprecian cierto estancamiento en la UPV por falta de recursos y de apuestas estratégicas

El avance que está teniendo en los últimos tiempos la investigación científica y social en Euskadi marcha pareja con cierta pérdida de protagonismo de la universidad pública frente a los distintos centros tecnológicos que han surgido.

"Existe un estancamiento porque las políticas siguen la inercia del pasado. Se ha invertido más en infraestructuras que en una buena política de personal", defiende el ingeniero químico José Ramón González Velasco. El sociólogo Ander Gurrutxaga apunta que en la UPV conviven "grupos de excelencia con otros que no terminan de entrar en el ejercicio normalizado de la investigación" porque "los recursos son escasos y que el Departamento de Industria tenga más peso que Educación ha impedido que la universidad sea un referente incuestionable".

"Enseñamos, investigamos, publicamos y gestionamos. Hacer todo bien es imposible"

El vicerrector de Investigación de la UPV, Miguel Ángel Gutiérrez, replica que la investigación en la universidad pública "está creciendo tanto en calidad como en cantidad". Así, recuerda que el número de artículos publicados en revistas científicas de prestigio aumenta cada año cerca de un 7% "y las revistas en que se publica también son mejores". Sin embargo, casi la mitad del personal docente e investigador no investiga. Gutiérrez atribuye ese porcentaje a los titulares de las escuelas universitarias, a los que no se exige ser doctores.

Los investigadores en activo creen que no se les reconoce: opinan que los complementos salariales no son suficientes y destacan la dificultad de controlar a quien no cumple su obligación de investigar. "Se controlan los resultados y la financiación de los grupos de investigación está sujeta a su productividad", responde el vicerrector.

El sociólogo Imanol Zubero, director del grupo de investigación Ekolurraldea, centrado en la gestión sostenible del territorio, atribuye el problema a un mal reparto de tareas: "Enseñamos, investigamos, publicamos y gestionamos. Hacer todo bien es imposible". Por ello, la UPV ha acogido con expectación que la Ley Orgánica de Universidades (LOU) incluya la figura del investigador no docente. Gutiérrez defiende que incluso tiene que tener una pequeña carga docente, "porque al investigador se le pide que comunique, que transmita el conocimiento adquirido".

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La investigación orientada que practican los CIC choca con el carácter generalista de la universidad. Aunque Gurrutxaga advierte de que, al contar con menos fondos la UPV no compite en igualdad de condiciones, Velasco transmite la impresión generalizada de que la universidad tiene que "planificar temáticas estratégicas y aprovechar las sinergias con equipos multidisciplinares". "No priorizamos unas líneas de investigación, pero los investigadores se van decantando por las que los planes definen como prioritarias", defiende el vicerrector.

Las ciencias experimentales y biosanitarias son las que más producen, aunque las bases de datos con las que se mide la producción no siempre recogen los artículos de los grupos de ciencias sociales y humanidades. Estos últimos apenas reciben el 10% del presupuesto. "Se acepta acríticamente que las ciencias sociales sean la rama pobre. Son las menos demandadas, porque su trabajo es menos aplicado y los grupos se acaban acomodando ante el problema", defiende Gurrutxaga. Zubero cree que "tal vez sea una cuestión de marketing, porque en ciencias sociales hay mucha investigación aplicada en áreas de interés como la inmigración, la cooperación y el desarrollo, la sostenibilidad y la exclusión social".

Ambos alertan de que los mejores estudiantes van a formarse al extranjero y no vuelven, algo que preocupa en todas las áreas. González Velasco critica la contradicción que supone "atraer a posdoctorados extranjeros y no cuidar al personal del propio tejido". El vicerrector de la UPV, en cambio, afirma que "con las becas se está pagando del orden de lo que cobrarían en una empresa". En su opinión, "es el tejido de I+D el que tiene que absorberlos porque la universidad no puede con todo".

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