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El nuevo Estatuto

Arenas proclama que el apoyo al Estatuto demuestra que el PP es "útil" para Andalucía

Piqué dice que habría votado 'sí' al texto andaluz, que considera muy diferente del catalán

Las diferencias entre el Estatuto de Cataluña y el de Andalucía marcaron el acto de cierre de campaña del PP. El presidente de los populares en Andalucía, Javier Arenas, se trajo al líder de este partido en Cataluña, Josep Piqué, para destacar esas diferencias. Arenas recalcó que su formación ha demostrado que puede ser "profundamente útil" a la sociedad andaluza al apoyar una texto "plenamente constitucional, de consenso, muy español y muy andaluz". Piqué, que se opuso a la reforma estatutaria en Cataluña, destacó que él habría votado el texto consensuado por PSOE, PP e IU en Andalucía.

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A lo largo de las dos últimas semanas, el líder del PP andaluz se ha esforzado en explicar por tierra, mar y aire las diferencias entre el Estatuto de Andalucía, que su partido apoya, y el de Cataluña, que rechazó y ha impugnado ante el Tribunal Constitucional. Arenas ha señalado en multitud de ocasiones que son dos textos que no tienen nada que ver y que mientras en el catalán hay soberanismo e insolidaridad, en el andaluz hay respeto a la Constitución. Este mensaje lo ha repicado para vencer las resistencias que pudiera haber en su electorado ante la reforma andaluza, a la que el PP se enganchó a última hora después de meses de severas críticas.

Para hacer ver esas diferencias, Arenas cerró la campaña del referéndum, que el PP celebró en la localidad sevillana de Gines, con Josep Piqué, uno de los dirigentes de su partido con los que mantiene mejor sintonía. Y Piqué, durante su intervención, se esforzó en recalcar las diferencias entre ambos estatutos. En primer lugar, Piqué lamentó que desde Cataluña se hayan "roto" los principios de igualdad y solidaridad, informa Efe. Luego, dijo no tener "ningún problema intelectual" en reconocer que de la misma forma que votó no al Estatuto catalán votaría al texto andaluz.

En su opinión, si en Cataluña se hubiera producido el consenso que se ha producido en Andalucía, gracias a que el PP "propició" el cambio de 150 artículos "inconstitucionales", el PP catalán habría votado a favor, pero reiteró que su partido tenía que ser "coherente" con el mensaje que ofrece el PP en España.

Piqué aprovechó para recordar que el Estatuto de Andalucía va a ser un "buen instrumento", pero precisó que éste debe ser gestionado por un gobierno dirigido por Javier Arenas, después de 25 años de gestión socialista que "no ha sabido" arreglar los problemas.

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Previamente, Arenas pidió el apoyo al nuevo Estatuto porque es "constitucional, de consenso, muy andaluz y muy español, gracias al Partido Popular". Agregó que el próximo domingo se abre una "nueva etapa" para Andalucía y que el el nuevo Estatuto "verá gobiernos de varios colores", informa Europa Press.

El presidente del PP andaluz añadió que ahora se abre una "esperanza", como es que la comunidad ya no tenga que pedir solidaridad sino que sea capaz de ofrecerla. También apuntó que esa nueva etapa también viene marcada por el "entierro de la confrontación autonómica en Andalucía" y añadió que con el nuevo Estatuto, Andalucía también ha conseguido "hacer un servicio a España"

"Ambición y reformismo"

Arenas insistió en que el PP quiere el nuevo Estatuto de Autonomía para "hacer una Andalucía de primera con todas las consecuencias" y aprovechó para decir que cuando sea presidente de la Junta, estará las 24 horas del día pensando en qué reformas propone para que los andaluces vivan mejor.

Lo que se necesita a partir de ahora, a su juicio, es "ambición, reformismo y ganas de prosperar", frente a la "desgana, apatía, pasividad y conservadurismo en la actitud" del Gobierno de Chaves.

Si algo lamentó Arenas de la campaña por el referéndum son las "muchas trampas" que ha hecho el PSOE, debido a que "no está habituado al consenso". Advirtió al presidente de la Junta, Manuel Chaves, de que "el que no ha estado dispuesto a debatir en la campaña, ya no tiene nada que decir", en referencia a la ausencia de debates entre los máximos dirigentes de los partidos en medios de comunicación públicos.

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