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Reportaje:

Ségolène intenta salir del bache

Tras varios tropiezos y una caída en las encuestas, la candidata socialista a la presidencia francesa impulsa su campaña

Ségolène Royal presenta hoy su "pacto presidencial" y se lanza de lleno a la campaña para las elecciones presidenciales en un acto que se prevé multitudinario en un gran pabellón al norte de París. Se sabe que su discurso contiene un centenar de propuestas, entre las que destacan algunas ya conocidas como el encuadramiento militar de los jóvenes delincuentes o los tribunales populares que fiscalicen la acción del Ejecutivo. La novedad es el anuncio de un aumento del 5%, inmediato y con efecto retroactivo, de las pensiones.

La candidata socialista se juega mucho en el envite. Tiene que frenar su caída en los sondeos y dejar claro a su principal rival, Nicolas Sarkozy, que hay un territorio, a la izquierda de una determinada línea, que le pertenece. Todo ello sin caer en el viejo y usado discurso del gauchismo estatalista, al que tan brillantemente derrotó en las primarias. Desde su elección como candidata del Partido Socialista francés (PS), a finales del pasado mes de noviembre, Royal ha mantenido un perfil bajo, con escasas apariciones públicas, esquivando incluso más de una invitación a programas de televisión.

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Desde su arrolladora entrada en campaña, hace un mes, la estrella de Sarkozy sube sin parar y su machacona presencia en los medios de comunicación tiñe la realidad de un velo casi surrealista. Un periodo en el que Royal ha permanecido encerrada y casi desaparecida para buena parte de sus camaradas de partido. Durante este tiempo, ella y su equipo de Desirs d'Avenir han revisado las actas de los centenares -miles, aseguran- de debates participativos con ciudadanos de todo tipo, en los que no sólo escuchaban sus problemas, sino que también ponían a prueba algunas de sus propuestas para calibrar su aceptación. Esto es lo que la candidata entiende por "democracia participativa" y lo que desde la vieja ortodoxia del juego político francés se le recrimina.

Hasta hoy Royal ha conseguido mantener el ritmo de su campaña, ser dueña de su tiempo. El pasado martes hizo un mitin en París, como una especie de ensayo general. Y cambió su discurso. Giró claramente a la izquierda; recurrió al viejo y probado lenguaje de la lucha de clases y rompió su promesa de no atacar a su rival directamente. Algunos analistas lo explican como una concesión destinada a calmar la ansiedad de los cuadros del partido, pero otros aseguran que es la muestra de cuál será su campaña.

El contenido del "pacto presidencial" que Royal propondrá hoy en Villepinte, en la periferia parisiense, ha sido cocinado al margen de la sede central del PS en la calle Solferino de París. Pero no muy lejos, a escasamente dos manzanas, en el número 282 del bulevar Saint Germain, un edificio señorial en el que la candidata ha instalado su cuartel general. En este piso de 300 metros cuadrados, un tanto deslavazado, según piensan los pocos que han podido acceder, medio centenar de personas han trabajado el material de los debates hasta confeccionar una síntesis de 2.000 páginas.

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El discurso contendrá unas 100 propuestas, muy cerca de las 110 del programa de François Mitterrand en 1981 -la campaña de Royal está repleta de referencias al presidente fallecido-, y en términos literarios es obra de la candidata. Ha pedido ayuda y consejo, pero incluso los que han sido llamados a colaborar desconocen qué se ha hecho con sus aportaciones. Dos intelectuales de la vieja guardia mitterrandiana como el académico y novelista Erik Orsenna o el historiador Benjamin Stora han acudido al cuartel general. Y detrás de todos ellos, su consejera aúlica, Sophie Bouchet-Petersen.

Le Monde avanzaba ayer algunas de las propuestas, entre las que destaca la subida de las pensiones de jubilación en un 5% con carácter retroactivo al primero de enero pasado, algo que Sarkozy se apresuró ayer a descalificar. También mantiene una propuesta que fue acusada de populista, la creación de jurados ciudadanos para evaluar la aplicación de las leyes y la acción de los cargos electos. La banca figura entre sus objetivos, como ya adelantó el martes en el pabellón Carpentier. La candidata quiere controlar los intereses que aplican los bancos a los pequeños descubiertos.

En términos globales, el programa de Royal se basa en tres pilares: el desarrollo económico de modo que el crecimiento supere la barrera del 2%, la eficacia social y la eficacia medioambiental. Aumentará también las ayudas del Estado para los jóvenes, de modo que les permita independizarse, y restaurará la policía de barrio, comenzada a implantar por el Gobierno de Lionel Jospin y suprimida por el ministro de Interior Nicolas Sarkozy, con el resultado de la rebelión de las barriadas. Sobre el tema migratorio, rechaza los procesos de regularización masivos, pero fijará criterios concretos para la regularización.

Ségolène Royal, durante un debate con ciudadanos en Grenoble el pasado 1 de febrero.
Ségolène Royal, durante un debate con ciudadanos en Grenoble el pasado 1 de febrero.AFP

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