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Reportaje:

El fabuloso mundo de Beatrix Potter

El distrito inglés de los lagos, un paisaje bucólico para una mujer de carácter

Patricia Gosálvez

Perico, el conejo travieso. O Peter Rabbit. Un universo de animales con ropa. Su autora, una dama victoriana y testaruda cuyo ecologismo pionero ha logrado que la región que la inspiró se conserve intacta.

En persona, Renée Zellwegger es muy poquita cosa. Lo saben en todas las granjas de Cumbria. La menuda actriz tejana da vida en la película Miss Potter, estrenada ayer, a una de las vecinas más ilustres del Distrito de los Lagos (Lake District), el parque nacional en el que late esta región del norte de Inglaterra. También dicen, en las diminutas aldeas de Cumbria, que Renée es charming; un encanto, nada estrella.

A finales del XIX, éste era el destino de moda entre la 'jet set' victoriana, que pretendía construir bungalós donde había granjas, destruyendo el paisaje y el entramado social de la zona. No lo consiguieron, en parte gracias a Beatrix Potter. El distrito, hoy protegido, permanece congelado en el tiempo
Se ha montado un divertido 'tour' sobre la película. Arranca en abril. Un minibús con pantallas, para comparar ficción y realidad, recorre los escenarios de 'Miss Potter' con anécdotas de cómo se hizo el filme

En abril de 2006, Hollywood aterrizó en esta región de cuento, dibujada con suaves colinas, bosques encantadores, pintorescas casitas y deliciosos lagos con nenúfares. Se rodaba la biografía de Beatrix Potter, una de las autoras infantiles de mayor éxito de la historia (ninguna relación con Harry Potter). Beatrix fue una ilustradora y cuentista de principios del siglo XX, de la que se han vendido 45 millones de libros. De su pincel y su pluma salieron Peter Rabbit, Jemina Puddle-Duck o Squirrel Nutkin. Quizá les suenen como Perico el Conejo, la Oca Carlota o la Ardilla Nogalina.

Su prosa, dulce y naíf en apariencia, ha sido comparada con la de Jane Austen, por su fina parodia de las costumbres sociales. Sus delicadas acuarelas siguen vendiendo millones en merchandising. En ellas, de fondo, siempre el Distrito de los Lagos. Un paisaje que marcó a la autora y a su vez permaneció inalterable gracias a ella. La señorita Potter fue una protoecologista gruñona y tenaz, movida por una independencia que no cabía en la estricta Inglaterra victoriana. Sus tiernos dibujos esconden una mujer nada ñoña que se rebeló contra su tiempo y lo que se esperaba de ella. Igual que el paisaje que la inspiró, que guarda intensidades insospechadas bajo una bucólica belleza de vallas blancas y pastos ordenados.

UNA NIÑA ASILVESTRADA

Érase una vez una tímida niña rica, educada por institutrices en su mansión londinense, sin más compañía que sus mascotas, a las que retrataba sin cesar. A sus favoritos, los conejos, los sacaba a pasear con correa. Los veranos en el campo lo eran todo para la pequeña Beatrix. A los 16, en 1882, visitó por primera vez el Lake District, donde veranearía intermitentemente durante 20 años. "Me sentí como un animal liberado de su jaula, e inmediatamente caí bajo su hechizo", dice, sobre el paisaje, Zellwegger en la película.

Aquel primer verano lo pasó en Wray Castle (Ambleside), una fantasía de revival gótico mejor descrita como Exin Castillos. Lo construyó un médico con la fortuna de su mujer, que al verlo se negó a vivir dentro. Cuentan que el arquitecto murió poco después alcoholizado. Viéndolo es fácil imaginar por qué Beatrix (cuya madre, una esnob empedernida, viajaba con una corte de criados) prefería perderse entre las secuoyas, tilos, gingkos y hayas del jardín.

En una de las muchas fiestas que daban en el castillo, Beatrix conoció al vicario Hardwicke Rawnsley, que años después fundaría el National Trust, una de las primeras organizaciones benéficas para la defensa del medio ambiente y el patrimonio, propietaria de un tercio del actual parque nacional. Amigo, vecino y discípulo del filósofo John Ruskin, padre del socialismo cristiano (su casa museo se encuentra en Coniston), Rawnsley inculcó en la joven Potter la necesidad de defender la tradición rural de la zona frente a la creciente especulación turística.

A finales del siglo XIX, éste era el destino de moda entre la jet set victoriana, que pretendía construir bungalós improductivos donde había granjas, destruyendo el paisaje y el entramado social de la zona. No lo consiguieron, en parte gracias a Rawnsley y a Potter. El distrito, hoy protegido, permanece congelado en el tiempo. Sin postes eléctricos ni construcciones que se salgan de la arquitectura tradicional. Todas las cabinas telefónicas siguen siendo rojas.

El turismo, sin embargo, no ha cesado. Pueblos como Windermere o Ambleside son hervideros en verano, con bulliciosos paseos lacustres para comer helados y dar vueltas en barquito. También la jet set actual tiene aquí su refugio. Sting aterriza en helicóptero en su finca de Grasmere, Paul McCartney le pidió la mano a Heather Mills en Ullswater, y cuentan que Tom Cruise quiso comprar en Langdale cuando estaba con Nicole. No en vano, fuera de Londres, éste es el metro cuadrado más exclusivo y con mayor concentración de restaurantes con estrella Michelin (cuatro) de Inglaterra. Cualquier día soleado, los descapotables lo atestiguan.

LA CIENCIA NO ES PARA CHICAS

"Vienen muchos acuarelistas; turistas, no muchos, salvo cuando llueve". Tanya Flower es comisaria de la Colección Armitt, a las afueras de Ambleside. Un pequeño y desconocido museo que muestra a la Beatrix Potter micóloga. Realizó cientos de estudios de setas y hongos (aquí hay unos 400 dibujos) con la esperanza de publicarlos en círculos científicos. Su detalle técnico es apabullante. "Mucha gente sabe dibujar, pero tú tienes el don de la observación", le animó el pintor prerrafaelita Millais, amigo de la familia. Bajo el microscopio, Beatrix investigó las esporas y la relación de los hongos con las algas. A pesar de colaborar con varias eminencias, las sociedades botánicas rechazaron una y otra vez sus aportaciones, negándose a escucharla por ser mujer. El tiempo le dio la razón, y en 1997 la comunidad científica le pidió disculpas póstumas.

La Armitt recoge trambién el trabajo del Grupo de Historia Oral de Ambleside. "Para que no se pierdan los recuerdos de la gente al morir", dice la comisaria. Willow Taylor fue vecina de Potter en Sawrey, cuando la autora era anciana: "No podía ver a los niños jugar", dice su transcripción. "Si la pelota se colaba en sus pastos, se chivaba a nuestros padres; siempre la teníamos en la chepa: no podíamos hacer esto, no podíamos hacer lo otro..., quizá porque ella fue un pequeño adulto en su infancia".

DE BOWNESS A HOLLYWOOD

La frustración de su carrera científica empujó a Potter a la literatura infantil. A los 35 años seguía soltera. Enfrentada a un futuro como ama de llaves de sus padres, buscó la independencia económica publicándose una carta ilustrada que había escrito años antes al hijo de su institutriz. "Querido Noel, como no sé qué escribirte, te contaré el cuento de cuatro conejitos...". Nacía Peter Rabbit. Agotadas las 500 copias iniciales, al fin un editor se fijó en sus cursilonas historias de animales. A los dos años había vendido 50.000 libritos.

Los libros son sólo una parte del negocio que genera Beatrix Potter. Su elenco animal decora una miríada de objetos y tiene su propio templo kitsch en Bowness-on-Windermere: The World of Beatrix Potter Attraction, un recorrido entre reproducciones tridimensionales de sus personajes que por momentos parecen animales disecados disfrazados de personas. A los niños les pirra. Para los padres están las estupendas instantáneas de la familia Potter realizadas por el padre, fotógrafo amateur.

Ahora llega la película (dirigida por Chris Noonan, cuyo último trabajo, hace 11 años, fue Babe, el cerdito valiente), que narra parte de su vida en el Lake District y fue rodada in situ. Ben Barden y Alan Saywell salen en los títulos de crédito. Ayudaron a localizar la producción y han montado un divertido tour que arrancará en abril, cuando salga el DVD. En un minibús equipado con pantallas para comparar ficción y realidad, recorren los escenarios, ya cinematográficos de por sí, con hilarantes anécdotas de cómo el circo de Hollywood trastocó la pacífica vida en las granjas. Todo el asunto es lo más parecido a estar dentro de un Cómo se hizo.

Luego, a bordo de un barco en el idílico lago Derwent, se comprueba con fotos del rodaje cómo Renée posaba en la orilla, en la que fue, de hecho, una de las casas de verano de Beatrix Potter. Y libro en mano se ve cómo la escritora copió del natural los islotes hacia los que navegan las ardillas en el cuento de Squirrel Nutkin.

La excursión para en Yaw Tree, una bonita granja que hace doblete como alojamiento rural y salón de té. Aunque Beatrix Potter no vivió aquí, en la película se supone que es su casa. En la realidad pertenece a una joven pareja, invadida durante semanas por "señores muy importantes que hablaban sin parar por el móvil", según Caroline, la granjera. Con el equipo en el set, las ovejas se pusieron a dar a luz: "Estaban fascinados, con cada parto había una ronda de aplausos". En la granja no se bautiza a los corderos. "Todo lo que tiene nombre está a salvo", dice Caroline acariciando a su perro Pip.

En el precioso cine Zeffirelli de Ambleside proyectan Miss Potter tres o cuatro veces al día desde que se estrenó en el Reino Unido, en enero. El público cuchichea durante la proyección, señalando en la pantalla los lugares que ha visto. La película, que muestra el paisaje en su esplendor bucólico, es una versión dulzona de la vida de Potter y se centra en su romántica historia de amor con el editor Norman Warne, interpretado por Ewan McGregor. Pero el actor no vino a rodar a Cumbria.

UNA TRAGEDIA VICTORIANA

La solterona encontró el amor a los 39. Su editor le propuso matrimonio (por carta) en julio de 1905. En la correspondencia entre ambos justo antes de ese verano, se siguen llamando con formalidad por el apellido, poco que ver con el apasionamiento de la versión hollywoodiense. Contra la voluntad de sus padres, Beatrix aceptó y se prometieron en secreto. En agosto, Norman, de 37 años, murió repentinamente de anemia.

Un par de meses después, Beatrix se compró una casa en Near Sawrey con las ganancias de sus libros. Hill Top Farm es una modesta granja de arquitectura vernácula del siglo XVII. Su jardín, su porche y la deliciosa aldea en la que se encuentra aparecen en infinidad de sus acuarelas. También el interior, que se ha conservado tal como ella lo dejó y se puede visitar a partir de abril. La tienda oficial ya está abierta: lo más barato, postales de 35 peniques; lo más caro, una figurita de bronce pintada a mano fabricada con el mismo molde que las que coleccionaba Beatrix. Mide centímetro y medio y cuesta 250 libras. El cartel explicativo está en japonés; los nipones rinden culto a la autora.

A pesar de que a su familia no le hacía gracia que estuviese allí sola, Beatrix cada vez pasaba más tiempo en su refugio norteño. Muy rica a estas alturas y amante de las subastas, comenzó a adquirir otras granjas. Estaba totalmente comprometida con la causa conservacionista, y luchó, perdiendo dinero muchas veces, por mantener el distrito rural. Trabajó los campos durante las dos guerras y protegió a la autóctona herdwick, un tipo de oveja peluda que hoy sigue pastando por las tierras altas.

A los 46, Beatrix se casó con el abogado local que le había ayudado a hacerse con su patrimonio. La oficina de William Heelis en el pueblecito de Hawkshead, todo él un museo viviente, acoge una galería con obras de la autora.

El matrimonio se mudó permanentemente a Castle Cottage, muy cerca de su amada Hill Top. "Hill Top era su lugar, su casa de muñecas a medida", explica Graham Wilkinson, guía de un tour sobre la autora. "No quería cambiar nada, ni meter un marido. Era donde iba a pintar y a estar sola". El tour recorre muchas de las propiedades que adquirió la pareja, desde la gigantesca Troutbeck Park, que ocupa todo un valle, hasta Lindeth Howe, hoy un elegante hotel y restaurante tradicional, que Beatrix compró para su madre cuando ésta enviudó. "Convenientemente cerca, pero suficientemente inconveniente", dice el guía, señalando que desde casa de Beatrix había que cruzar el lago en ferry, por lo que ella podía visitarla cuando quisiese, pero era complicado que la madre se presentase por sorpresa al otro lado. La impresionante Monk Coniston Estate incluye en sus tierras Tarn Hows, "el mirador más hermoso de Inglaterra", según el guía y todo el que lo vea. Alrededor del lago, un recorrido de 45 minutos ha sido habilitado para sillas de ruedas.

UN PAISAJE QUE ENGAÑA

Desde el mirador, al oeste, los picos de Langdale marcan la parte más dura del parque. Un territorio agreste y alto, con montañas que no llegan a los mil metros, pero que engañan. En ellas se inventó la escalada moderna, y todavía muere gente que sube sin tomárselas en serio. Las carreteras discurren por pasos con nombres como Wry Nose (Nariz Torcida). En el valle de Wasdale, aguerridos montañeros parten hacia las cumbres. Aquí todo son extremos: están la iglesia más pequeña, la montaña mas alta y el lago más profundo de Inglaterra, Wastwater. Dicen que muchas veces los submarinistas han encontrado cadáveres de crímenes sin resolver. También que en el fondo hay un jardín de gnomos. A Saber, la única taberna del inhóspito paraje, es famosa por un concurso para encontrar al mayor mentiroso del mundo. Los políticos y los periodistas están vetados, por considerárseles embusteros profesionales.

No todo es tan bucólico en esta parte del mundo que Wordsworth retrató en sus poemas. También hay una parte dura, dramática, marcada por el pragmatismo. Nada de tonterías. Como una corriente de tenacidad bajo las aguas tranquilas de los lagos. Y es en esta dualidad del paisaje donde mejor se comprende a Beatrix Potter. Puede que sus dibujos fuesen cursilones, pero la tímida niña victoriana que pintaba conejitos dejó a su muerte, en 1943, un patrimonio valorado hoy en siete millones de libras. Más de 4.000 acres de tierras que cedió al National Trust fundado por los socialistas utópicos. Dejó órdenes estrictas: los granjeros pagarían poco por arrendar las tierras y se criarían especies autóctonas.

Tuvo Beatrix un último compromiso con la tierra que la inspiró durante años. Dejó sus cenizas a su granjero de confianza para que las esparciese en un lugar secreto, evitando así futuras hordas de turistas en busca de un nuevo lugar de peregrinación.

Una pareja sentada donde se encuentra la actriz Renée Zellwegger al principio y al final de la película Miss Potter
Una pareja sentada donde se encuentra la actriz Renée Zellwegger al principio y al final de la película Miss PotterBEN BARDEN

GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir- El parque nacional de Lake District se encuentra en la demarcación de Cumbria, al norte de Inglaterra. Para llegar hay que volar a Liverpool, Manchester o Blackpool; todos, más o menos a una hora y media en coche. Manchester tiene tren directo del aeropuerto a Windermere.- Vuelan a Manchester Jet2 y British Airways desde distintos puntos.- A Liverpool, Easy Jet y Ryan Air.- A Blackpool, Ryan Air y Jet2.Cuándo ir- La mejor época, la primavera.En verano hay más gente y no tanta variedad de colores. La temporada arranca en abril, cuando abren todas las atracciones.Información- Turismo del Reino Unido en España (902 17 11 81; www.visitbritain.es).- Turismo de Cumbria (00 44 1539 82 22 22; www.visitcumbria.co.uk).- Turismo del Lake District (www.golakes.co.uk).Dónde comer- Además de las tabernas clásicas, abundan los comedores de moda como Lucy4, punto de reunión joven de Ambleside, o el remozado Drunken Duck, en Barngates, puro pub chic.- Para los sibaritas hay cuatro restaurantes con estrella Michelin: Gilpin Lodge, Holbeck Gyhll (ambos en Windermere), L'Enclume (Cartmel)y Sharrow Bay (Ullswater).Dónde dormir- Central de reservas (00 44 845 450 11 99). Los bed and breakfast oscilan entre los 40 y los 60 euros.Qué ver- Hill Top (www.nationaltrust.org.uk). Near Sawrey. 8,20 euros.- World of Beatrix Potter Attraction (www.hop-skip.jump.com). Bowness-on-Windermere. 9 euros.- The Beatrix Potter Gallery (www.nationaltrust.org.uk).En Hawkshead. 4,80 euros.- The Armitt Collection (www.thelakesdiscoverymuseum.org.uk; www.armitt.com) En Ambleside.- Dove Cottage, casa museo de Wordsworth en Grasmere. (www.wordsworth.org.co.uk).- Museo Ruskin en Coniston. (www.ruskinmuseum.com).'Tours' y paquetes- 'Tour' sobre la película 'Miss Potter' (www.lakedistrictfilmtours.co.uk; 00 44 845 450 11 99). A partir de abril, el tour recorrerá los escenarios del filme (de 9.00 a 18.00). Incluye un paseoen barco y la comida. Unos 225 euros por persona. Tambien preparan un paquete con alojamiento en Holbeck Ghyll (www.holbeckghyll.com),el lujoso hotel donde se alojó Renée Zellwegger durante el rodaje (en la habitación de Mrs. Tiggy Winkle), y en el que se ha creado una suite llamada Miss Potter y "ambientada en la película, pero sin horteradas", según el dueño. La doble, desde 145 euros.- 'Tour' sobre Beatrix Potter (00 44 1539 44 51 61; www.mountaingoat.co.uk; www.beatrix-potter-lakeland.com).Un paseo (de 9.45 a 17.45) que recorre los lagos que marcaron a la autora, sus diversas propiedades por la zonay algunos escenarios de la película. Incluye un crucero en barco y la comida por 50 euros. Mountain Goat también ofrece paquete con alojamiento en Lindeth Howe, un hotel tradicional en la que fuera la casaque Beatrix compró para su madre al otro lado del lago Windermere. Dos noches, con desayuno y cena, y el tour de Beatrix Potter y la entrada al World of Beatrix Potter Attraction incluidos, sale por unos 365 euros.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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