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Las tarjetas de regalo ganan terreno al obsequio tradicional en EE UU

Diego Segalini recibió en Navidad cinco tarjetas de regalo para gastar en lo que más le gustase. Durante la pasada temporada de compras navideñas, las giftcards se convirtieron en el primer regalo que los estadounidenses recibieron de Papá Noel, por delante de la última generación de videoconsolas de Sony, Microsoft y Nintendo. Esos regalos movieron en total en EE UU 82.000 millones de dólares (63.489 millones de euros) en 2006, de los que 24.800 millones se distribuyeron en Navidad.

Las tarjetas de regalo se han convertido en la salvación de las grandes cadenas comerciales durante la pasada temporada de compras en EE UU, según se desprende de un estudio de Deloitte & Touche. Unas las venden las mismas compañías que expiden tarjetas de crédito, como Visa, MasterCard o American Express, que pueden utilizarse en cualquier tienda donde tienen sus terminales. Otras son de los propios grupos comerciales y sólo se pueden usar en sus establecimientos.

TowerGroup calcula que el aumento de esas tarjetas fue la pasada temporada del 20% respecto a 2005. La National Retail Federation ya estimó antes de Navidad que el 80% de los consumidores comprarían al menos una tarjeta de regalo, frente al 55% de la anterior temporada. Del total de tarjetas compradas en 2006, en torno a 29.000 millones de dólares eran para establecimientos comerciales, 18.000 millones para el sector de la restauración y 12.000 millones para gasolina y otros servicios. El resto era para uso universal.

Quizás lo más llamativo sea que el 10% de ese dinero no llegará a utilizarse, por descuido, porque la tarjeta sea de una tienda que no se frecuenta o simplemente porque haya expirado cuando uno se anime a utilizarla después de meses en la cartera. Son nada más y nada menos que 8.200 millones que irán a parar sin mayor esfuerzo a la tesorería de las grandes cadenas comerciales, como si se entrara a un bar o un restaurante y se pasara por caja para pagar algo que no se consumió.

Brian Riley, analista de esta firma especializada en comercio, explica que las tarjetas no se usan porque no se ven como dinero o porque su valor no es suficiente para cubrir el coste de un artículo que se tiene pensado comprar.

Corporate Research International calcula que el 25% de los consumidores que recibieron estas tarjetas en 2005 -de entre 10 y 200 dólares- esperaron un año para usarlas. Normalmente, expiran pasados dos años. Pero la normativa varía y en Estados como el de Nueva York o California no caducan. Algunos están considerando que se pueda exigir la devolución en efectivo del remanente.

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