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Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones

Giuly, la apuesta segura en Europa

El francés vuelve a desequilibrar con su juego en la 'Champions'

Àngels Piñol

Mide 30 centímetros menos que Mertesacker y Naldo, los centrales del Werder -ambos de 1,98- pero a Giuly, uno de los hombres más bajitos (1,64) que disputan la Champions, no le asustan las alturas. Junto al genio brasileño, el pequeño jugador francés se distingue por ser uno de los azulgrana más eficaces en el torneo europeo. Hace un año, ya marcó en San Siro, ante el Milan, el gol que le valió al Barça el pase a la final de París, en la que volvió a ser decisivo. Este año sigue por el mismo camino. "La afición tiene que estar tranquila: ganaremos al Levski en Sofía y en casa al Werder Bremen", pronosticaba hace semanas, tranquilo. Y acertó: anotó el primer gol en Bulgaria (0-2) y el miércoles, por la banda derecha, fue una pesadilla para Wome. Tras un control y un pase fantásticos, el francés dio el pase del segundo gol a Gudjohnsen, que encarriló el partido.

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Sólo le quedó esa espina: no golear y culminar un majestuoso contraataque conducido por Deco que el islandés, tras varios regates, estrelló en el poste y Giuly, a portería vacía, desperdició. No pudo por menos el francés que llevarse las manos a la cara por el error. "Dudé porque creía que estaba en fuera de juego", explicó luego. Frank Rijkaard le defendió -"el balón le llega raro y no es fácil meterlo", dijo el técnico-, seguramente satisfecho de la apuesta que hizo en 2004, cuando fichó a Giuly, entonces el alma del Mónaco de Didier Deschamps. Y allí Txiki Begiristain, el director deportivo azulgrana, le contrató en un apartamento de Montecarlo con la condición de que se olvidara de jugar en el medio del campo para ocupar la banda.

Dicho y hecho. Giuly se recicló y no sólo juega de perlas por la banda sino que ha aceptado ser el recambio de Messi. Y en los partidos europeos sale como un cohete. Quizá también para que vean en Francia que el seleccionador Raymond Doménech se equivoca en su obstinación de no convocarle. Confianza no le falta. "Cuando vuelvan Eto'o y Messi, todo será más fácil y ya veréis cómo estaremos cerca de una nueva final", asegura.

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