_
_
_
_
_

Cuando la propiedad intelectual topa con el derecho canónico

Un pintor demanda a un obispo por modificar el retablo que donó

Fernando J. Pérez

El pintor Esteban Arriaga (Tenerife, 1922) ha topado con la Iglesia. O tal vez sea al revés. Este artista, de profundas convicciones católicas y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Málaga, ha interpuesto una demanda contra el Obispado de Málaga por entender que éste atenta contra sus derechos de autor al modificar un retablo al óleo de 11 metros de largo por nueve de alto que donó a la parroquia del Carmen de Benalmádena (Málaga) en 2003.

La víspera de la inauguración del templo, en julio de 2003, el párroco del Carmen, Antonio Martín, ancló al retablo de Arriaga un altorrelieve en plástico policromado de cinco metros de altura con la imagen de la Virgen. El autor de la enorme pintura con paisaje marino que decora el presbiterio de la iglesia consintió en que la imagen, cuya factura le horroriza, fuera instalada allí tras recibir la promesa de que sería retirada después de la consagración del templo al culto.

Tres años más tarde, la escultura de la Virgen sigue aferrada al retablo de Arriaga. Y ello a pesar de las buenas palabras del obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, quien en noviembre de 2004 y en julio de 2005 comunicó al pintor que había acordado "la reubicación de la imagen de la Virgen del Carmen en otro lugar principal del Templo, de tal modo que ambas obras puedan ser expuestas en atención a su categoría, pero sin que haya colisión entre ambas".

Harto de esperar, Arriaga ha acudido a los tribunales en una causa que enfrenta el derecho civil con el religioso. El pintor invoca el artículo 14.4 de la Ley de Propiedad Intelectual, que establece que "corresponde al autor el derecho irrenunciable e inalienable de exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo de su reputación".

Por su parte, el abogado que defiende a la diócesis malagueña en esta causa, que se juzgará el 19 de diciembre, sostiene que el derecho canónico da al obispo "potestad absoluta y suprema sobre el ornato litúrgico" y que según las "necesidades pastorales" el responsable de la diócesis "podrá realizar los cambios, superposiciones y demás actos que estime por conveniente".

El retablo de Arriaga consta de tres cuerpos. El central sostiene la polémica imagen de la Virgen subida en una barca. Los dos cuerpos laterales están conservados en el estudio del pintor, en Torremolinos. Arriaga, que también ha pintado al óleo una imagen de la Virgen del Carmen para sustituir a la actual, no cederá las tablas que faltan hasta que se retire ésta, que, según él, "parece un boxeador vestido de plástico". "Se está manchando mi dignidad, la de mi familia, la de mi obra y la de mi profesión", se indigna Arriaga, que a sus 84 años, teme no llegar a ver su retablo terminado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_